No hay
ningún otro aroma que tenga un efecto armonizador tan fuerte. Sus delicadas y
amorosas vibraciones mitigan y curan las heridas de nuestro corazón. Despiertan
la percepción por la manifestación del amor, la belleza, la armonía en toda la
creación. Reinstaura en el corazón una profunda alegría y la disposición para
dar amor. La esencia de rosa provoca también una estimulación y un refinamiento
de las alegrías sensoriales, proporcionando al mismo tiempo su transformación
para el amor suprapersonal.
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