martes, 23 de marzo de 2021

Perfil y características de los hombres maltratadores que ejercen violencia de género

 


Cómo siente, piensa y se comporta el maltratador

 

Es importante describir como son los hombres que ejercen violencia de género, puesto que presentan diferentes características que hacen difícil ver realmente cómo son y la violencia que ejercen y camuflan hombres que ejercen violencia de género. A continuación detallaremos su perfil y características que ya hemos presentado en un libro: hombres maltratadores. Tratamiento psicológico a agresores
 

PERFIL Y CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMBRES MALTRATADORES

 
Dividiremos esta descripción en 4 bloques, dos presentaremos en este artículo y 
los dos siguientes en una próxima entrega: características comportamentales, cognitivos, emocionales e interaccionales que ya puedes leer aquí

A. Características de los hombres maltratadores: Aspectos comportamentales:
 
Deseabilidad social: el hombre se muestra socialmente adaptado, moralmente virtuoso y emocionalmente ajustado, por ello se habla de su doble fachada que hace referencia a que la persona que ejerce violencia tiene una doble imagen, socialmente se presenta como tranquilo, amable, preocupado por su familia y generalmente inhibe y oculta su malestar. Las personas con las que se relaciona tienen una imagen positiva de él (comprensivo, tolerante, razonable), pero paradójicamente dentro del entorno familiar muestra su cara violenta. Los agresores suelen decir:
 
“Nunca me peleo con nadie, en mi trabajo me quieren, nunca discuto, Sólo mi mujer, que me provoca hasta el cansancio, logra de vez en cuando hacerme enojar”
 
El hombre que agrede a su pareja se presentará ante el psicólogo, en el trabajo, etc., como una persona amable y preocupada por su familia y dando una imagen de ser él en realidad, la víctima.
 
Repetición de la violencia con otras parejas: este hombre ha maltratado a anteriores parejas y muy probablemente, lo hará en el futuro con las nuevas relaciones que establezca. Esta persona repite el mismo patrón de conducta.
 
violencia de genero, Cepsim madridAbuso de sustancias: si bien el consumo de sustancias es un rasgo característico en este tipo de personas, no se debe asociar directamente como causa del maltrato, en todo caso el alcohol u otro tipo de drogas pueden ser un precipitante del acto de agresión.
 
Por ello, es un error culpar al alcohol de la conducta violenta. Este punto es importante ya que algunos agresores suelen escudarse tras el alcohol:
 
“Es que ese día había bebido, ella me provocaba y provocaba, yo sólo quería dormir y me pudo. Si no hubiera bebido, me hubiera controlado”.
 
Control de impulsos vs impulsividad: En realidad son personas que en un momento pierden relativamente el dominio, es decir son violentos cuando observan que la situación de control que ejercen contra sus parejas comienza a no funcionarles.
 
Es que ella me seguía preguntando dónde había estado, yo le decía que parara, que me dejara en paz, pero ella seguía y seguía hasta que no pude más”.
 
Los agresores utilizan la violencia física cuando ven que fracasan sus mecanismos de dominación, en estas situaciones se encuentran desbordados y alterados, pero no se descontrolaran totalmente, ellos saben que agreden y lo hacen para no perder la supremacía de la relación.
 
Además no son personas violentas en cualquier lugar ni con cualquier persona, sino que el maltrato es dirigido exclusivamente contra sus parejas y agreden en lugares precisos donde nadie puede observarlos. Por ejemplo, si alguno de estos hombres se molesta con su mujer en un ámbito público no va a agredirla allí mismo, -como lo haría una persona con escaso o nulo control de impulso que ante la más mínima frustración desencadena su ira-, sino que esperará hasta llegar a su casa y recién allí descargara la violencia.
 

B. Características de los hombres maltratadores: Aspectos cognitivos

 hombres maltratadores
Definiciones rígidas de los roles masculinos y femeninos: este rasgo es central para comprender el maltrato en la pareja. Los hombres que maltratan mantienen un pensamiento rígido sobre los roles que deben asumir el varón y la mujer. Son sexistas y discriminativos.
 
Minimización y justificación: las personas que maltratan minimizan su conducta agresiva considerando que lo que ha pasado es algo ínfimo y sin importancia.
 
El hombre minimiza la gravedad del maltrato ocasionado “sólo la empujé levemente, para separarme de ella y tropezó y se cayó, por eso se hizo daño en el brazo”.
 
También se minimizan la cantidad de hechos de violencia, (“sólo pasó una o dos veces”, “Fue sólo esa vez, nosotros siempre nos llevamos bien”).
 
Negación: este rasgo se relaciona con los dos anteriores, en este caso niega lo sucedido, como si fueran inventos de su mujer para perjudicarlo o rechaza toda posibilidad de que los hematomas que presenta su mujer fueran producto del maltrato, como cuando el hombre señala que lo que pasó es una confusión, el no agredió, la mujer se cayó y él sólo trató de evitarlo y fue cuando se golpeó el ojo, por ejemplo.
 
Externalización de la culpa, no  se responsabilizan: esta característica está asociada a los tres rasgos anteriores, la persona que ejerce violencia, no se responsabiliza de su conducta, sino más bien, culpa a la mujer, es ella la que provoca o agrede.
 
“Mi pareja es caprichosa, no es por hablar mal de ella, toma las decisiones por capricho...Ella se exaltó, yo me exalté, tuve una pérdida de control igual que ella. Ella empezó a amenazarme: te voy a meter preso...es como si me hubieran manipulado para que yo caiga y pise el palito, fui débil y me dejé llevar por mis impulsos.”.
      
La rumiación en el pensamiento: es un rasgo importante que está asociado a la inseguridad, los celos desmedidos y el aislamiento entre otros, porque la persona vive sus preocupaciones, desarrollando un monólogo interno en el que las dudas y los celos se tornan certezas en su fantasía.
 
Estas ideas se le van imponiendo lentamente y llevan a que el hombre se aísle y no hable con nadie. Se torna más callado, serio y enojado a medida que aumenta la tensión, este mecanismo de pensamiento funciona como el combustible que retroalimenta la caldera.
 
Holmbres maltratadoresRigidez cognitiva: pensamiento dicotómico todo o nada: el sujeto cree que su idea es la correcta, piensa que todo se debe hacer como él dice, porque es la única forma correcta. Le resulta difícil reconocer que  puede estar equivocado.
 
Como señala un hombre “A ella le molesta que le hable y le haga entrar en razón, porque yo casi siempre tengo razón, y le explico....a mi me gustaría que ella viese las cosas como yo, para su bien”.
 “Es que ella no sabe hacer nada  y encima se molesta cuando le digo lo que tiene que hacer, la debería dejar que se equivoque sola, pero bueno como la quiero, quiero enseñarle el camino correcto”.
 
Rigidez cognitiva: pensamiento dicotómico de ganar o perder: establece los conflictos a nivel de una pelea en que se gana o se pierde y no como una negociación. Los conflictos son vividos como una lucha donde hay vencedores y vencidos.
 
Para ellos, negociar es convencer –por las buenas o por las malas- y lograr que el otro haga lo que él cree que se debe hacer. Cuando su mujer los cuestiona o simplemente les da su punto de vista contrario al suyo, lo perciben como una agresión.

Información de: https://www.psicologiamadrid.es/blog/articulos/psicologia-y-violencia/maltratadores-que-ejercen-violencia-de-genero-como-son-y-como-actuan
 

​Los 5 tipos de acoso escolar o bullying - Jonathan García-Allen

 




El  bullying es un término que ha ganado popularidad a lo largo de los últimos años, pero este fenómeno ha existido desde que el hombre existe. Ahora bien, ¿Qué entendemos exactamente por por acoso escolar o bullying? Esta palabra anglosajona se utiliza de forma frecuente para denominar a los típicos matones de clase. Es decir, los maltratadores, ya sea de forma física o psicológica.
El bullying es un fenómeno que se caracteriza por el acoso acoso y/o intimidación del abusador sobre la víctima, dentro del ámbito escolar. El acosador disfruta sintiéndose superior al acosado y se regocija con el sufrimiento de éste. La exposición repetida de esta condición por parte de la víctima puede traer consigo consecuencias graves a nivel psicológico. En algunos casos, los alumnos que han sido víctimas de acoso escolar pueden llegar a suicidarse.
El acoso en el ámbito laboral se llama mobbing. Puedes saber más sobre este fenómeno en nuestro artículo: " Mobbing: acoso psicológico en el trabajo"

Las causas del acoso escolar
El bullying es un fenómeno que puede manifestarse por distintas causas (personales, familiares o escolares), y por eso puede darse en cualquier centro educativo: sea privado o público. Respecto a las causas escolares, parece haber más riesgo de acoso escolar en los centros grandes que en los pequeños, por la dificultad en la vigilancia de los primeros.
Una causa personal podría ser, por ejemplo,  la baja autoestima del acosador. Sentirse superior al acosado sería una manera de suplir la poca confianza en sí mismo. En cuanto a las causas familiares, el origen de la violencia de los niños acosadores podría encontrarse en el modelo de padre agresivo. Además, la tensión económica, la mala relación entre los progenitores, los valores adquiridos, la ausencia de reglas de convivencia, etc. podrían ser causas probables del desarrollo de este fenómeno.

Consecuencias y efectos
Las víctimas de acoso escolar pueden sufrir distintos efectos psicológicos negativos. 
Una investigación realizada en 2014 en la la King’s College London descubrió que los efectos psicológicos negativos que sufren las personas con bullying permanecen durante 40 años después de haber sido víctima de acoso. 
Esto nos debe hacer reflexionar sobre el grave impacto psicológico del acoso en el resto de la vida de la persona afectada, presentando peores indicadores de su salud mental y física y un peor desempeño cognitivo respecto a los individuos que no sufrieron acoso.
Veamos cuáles son los efectos negativos en la salud física y psíquica detectados en víctimas de bullying.
1. Estrés
Las víctimas de acoso escolar presentan estrés no solo durante la época escolar sino también años después. Esto se desprende de un estudio llevado a cabo en la Tufts University y que revela que las personas afectadas segregan más cortisol, una hormona directamente implicada en la sensación de estrés. 
Esto explicaría buena parte de las consecuencias para la salud a largo plazo en estas personas, por ejemplo la aparición de trastornos mentales, como señaló un estudio de la Universidad Johns Hopkins.
2. Ansiedad y depresión
Otra investigación, en este caso de la  Universidad de Duke, detectó que las víctimas de acoso tenían una mayor probabilidad de sufrir trastornos como la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizado y las crisis de pánico. También presentaban mayores tasas de depresión y de aislamiento social.
3. Somatizaciones
También pueden presentar trastornos psicosomáticos. Así se detectó en un informe publicado por Randy y Lori Sansone en el año 2008.
4. Suicidio
En el mismo estudio realizado en Duke, se encontró una mayor probabilidad de suicidios en estas personas. El primer caso de suicidio de una persona que sufría bullying  fue el del joven español Jokin, que a sus 14 años decidió poner fin a su vida después de llevar años sufriendo abusos y hostigamiento en su colegio en la localidad de Hondarribia.
5. Problemas en la socialización y en el futuro laboral
Las víctimas de acoso en la escuela presentan, estadísticamente, peores indicadores en lo que refiere a su calidad de vida familiar y en su capacidad adquisitiva en su vida adulta. También pueden sufrir un peor desempeño en sus habilidades sociales y comunicativas, tal como se indicó en este estudio de Claire Fox y Michael Boulton publicado en la British Psychological Society.
Los tipos de bullying
Pero, ¿qué tipos de acoso escolar existen? Según el Centro Nacional Contra el Bullying (NCAB, por sus siglas en inglés) el bullying puede clasificarse de la siguiente manera siguiendo distintos criterios.
1. Bullying verbal
¿Qué es?
El bullying verbal o acoso escolar verbal se caracteriza porque el acosador expresa palabras crueles, insultos, amenazas, intimidación, bromas y frases excluyentes sobre la apariencia, la condición sexual, la etnicidad, la raza o la discapacidad de la victima. Los niños son más sensibles a este tipo de comentarios.
Ejemplo: Cuando un niño dice a otro niño: “Eres muy, muy gordo, y tu madre también”. 
¿Cómo detectarlo?
Los niños que son víctimas de este tipo de bullying pueden mostrarse ausentes, malhumorados o mostrar un cambio de apetito. Además pueden decir algo de lo que les han dicho y preguntar si es cierto.
2. Bullying físico
¿Qué es?
El bullying físico se caracteriza por un comportamiento agresivo e intimidatorio por parte del acosador, que incluye patadas, golpes, zancadillas, bloqueos o empujones. Es la forma más conocida de Bullying.
Ejemplo: Un niño es intimidado por otro niño que le baja los pantalones en el recreo
¿Cómo detectarlo?
Por desgracia, muchos niños no cuentan a sus padres lo que ha sucedido. Pero los padres pueden detectar si su hijo está sufriendo acoso escolar físico porque  este tipo de bullying suele dejar marcas en el cuerpo de la víctima, lo que manda una señal de alarma. Algunas de estas marcas corporales son: cortes, moratones, ropa rota, etc. Además, la víctima puede quejarse frecuentemente de dolores de cabeza o de barriga.
3. Bullying social o relacional
¿Qué es?
Este tipo de bullying es más complicado de detectar y suele suceder a espaldas de la víctima. El objetivo suele ser que la persona no se una o no forme parte de un grupo. Ya sea en el comedor, en los partidos de fútbol del recreo o cualquier actividad social o educativa del centro, la víctima es ninguneada o repudiada por sus compañeros.
Ejemplo: Un grupo de chicas en una clase de gimnasia sacan sus fotos sobre una fiesta en la que una de las chicas de la clase no estaba invitada, y estando ella presente, la tratan como si fuese invisible.
¿Cómo detectarlo? 
Es frecuente que la víctima muestre cambios de humor, evite los grupos de compañeros y esté solo más de lo normal. Las chicas son más propensas a sufrir este tipo de bullying. El dolor emocional producido por el bullying social puede ser igual de intenso que el sufrido por el bullying físico y las secuelas puede durar incluso más tiempo.
4. Cyberbullying
¿Qué es?
El cyberbullying es un fenómeno que ha nacido debido al auge de las redes sociales. Se caracteriza por el acoso o la intimidación producida a través de las redes sociales, mensajes de texto y correos electrónicos. A través del medio digital, el acosador difunde falsos rumores, mentiras, amenazas, comentarios sexistas o racistas, causando un enorme malestar y problemas psicológicos y emocionales en la víctima.
Ejemplo: Cuando un chico twitea o pública un estado en facebook, “Ramón es un perdedor. ¿Cómo es posible que tenga novia? Seguro que su novia solo lo quiere por el dinero”.
¿Cómo detectarlo?
Es posible que la víctima del cyberbullying pase mucho tiempo online y se muestre triste y ansioso después. Además, la persona que sufre este tipo de acoso (y cualquier forma de acoso escolar) puede tener problemas para dormir, y puede llegar a suplicar no ir al colegio, ausentándose de actividades que antes disfrutaba.
5. Bullying carnal
¿Qué es?
Este tipo de bullying es posiblemente el más complicado de analizar, pues muchas personas se niegan a aceptar que haya niños que realicen este tipo de conductas. Esta clase de acoso en la escuela se caracteriza por comentarios machistas u obscenos, por tocar a la víctima en lugares íntimos o presionar a ésta para que haga algo que no quiere (por ejemplo, ver películas para adultos). Esta clase de bullying puede causar graves problemas psicológicos y marcar para siempre las relaciones íntimas y afectivas de la víctima.
Ejemplo: Un niño de clase obliga a una niña a besarle de forma repetida.
¿Cómo detectarlo? 
Generalmente, la víctima de este tipo de bullying no expresará lo que le ocurre, peroevitará situaciones en las que pueda encontrarse con el acosador. Por ejemplo, no asistiendo la escuela.
Referencias bibliográficas:
  • De Acevedo, A. (2010). Alguien me esta molestando: el bullying. Ediciones B.
  • Barri, F. (2006). S.O.S. Bullying: Prevenir el Acoso Escolar y Mejorar la Convivencia. Praxis, S.A.
  • Norman K.J., Seiden J.A., Klickstein J.A., Han X., Hwa .LS., et al. (2015). Social stress and escalated drug self-administration in mice I. Alcohol and corticosterone. Psychopharmacology.
  • Ricou Sanz, J. (2005). Acoso escolar. RD Editores.



Jonathan García-Allen  Psicólogo y entrenador personal | Director de comunicación de Psicología y Mente
Jonathan García-Allen (Reus, 1983) es Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona, con especialidad en Psicología de las organizaciones. También ha cursado varios posgrados, entre los que destacan el de Gestión de Recursos Humanos por la Universitat Rovira i Virgili, el postgrado en Psicología del Deporte por la UNED y el de Mindfulness por la Universidad de Málaga. Experto universitario en Coaching por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Es fundador y director de comunicación de la web Psicología y Mente, la mayor comunidad en el ámbito de la psicología y las neurociencias. También es autor del libro de divulgación científica «Psicológicamente hablando: un recorrido por las maravillas de la mente», publicado por Ediciones Paidós.

Las Palabras Tienen Magia: Quien Pronuncia Lo Que Quiere, Consigue Lo Que Necesita

 



¡Tu Fuente de Energía Positiva!
La “Magia de las Palabras”
Uno de los grandes descubrimientos de mi vida,  fue cuando conocí la “magia de las palabras”. Está demostrado que nuestras palabras están estrechamente relacionadas con nuestra actitud, y esta a su vez con nuestras creencias. La pregunta sería, ¿qué fue primero el huevo o la gallina?¿es mi actitud la que da lugar a mis palabras o son mis palabras las que condicionan mi actitud?
Sinceramente, creo que la influencia se da en las dos direcciones. La manera en que nos expresamos y como nos comunicamos está afectando a nuestra actitud, de igual forma la actitud que tenemos ante algo origina nuestra manera particular de comunicarnos.
El cuidado en el uso de nuestro lenguaje es una herramienta poderosísima para condicionar nuestros resultados en la vida, de la misma manera que observar como habla una persona, nos está dando muchas pistas sobre su sistema de creencias, muchas veces asentado a nivel subconsciente.

El uso que hacemos de nuestro lenguaje es una herramienta poderosísima para crear nuestros resultados en la vida.
Aquí y ahora, no voy a hablarte del poder de la comunicación, que es algo mucho más amplio. Saber comunicarse correctamente implica aspectos como, hacerse entender, entender a otros, comprender mejor lo que sucede, saber influenciar, crear conexión con tu interlocutor, fomentar el respeto, ganarse la confianza de los demás, etc.
Básicamente, el arte de la comunicación implica dominar tres aspectos: lo que decimos (palabras), como lo decimos (tono, etc.) y como actuamos (expresión corporal y facial).Hoy solo quiero centrarme en lo que decimos, en nuestras palabras, en como hablamos, en definitiva, en el uso que hacemos de nuestro lenguaje.
Si Quieres Algo, Debes Pedirlo
Lo primero que aprendí es que si quieres algo, debes pedirlo. ¿A que suena de evidente? Pues aunque te parezca extraño, muchas veces sucede todo lo contrario. Nos dedicamos a quejarnos y a decir lo que no queremos, y es entonces cuando nuestro cerebro se enfoca, precisamente en eso (en lo que no queremos) y abandona cualquier opción de centrarse en lo que realmente deseamos, perdiendo así muchos de los recursos que tenemos y podríamos utilizar para alcanzar nuestros deseos. Así de simple.
Neurológicamente, nuestro cerebro tiene unos mecanismos de funcionamiento muy claros, por ejemplo, no entiende los mensajes en negativo.

¿Qué quiero decirte con esto?
Si yo te digo que pienses en una galleta de chocolate, inmediatamente tu cerebro acudirá a los archivos donde tiene guardada su representación de lo que es una galleta de chocolate y la visualizarás. Pero si te digo que no pienses en un pastel de nata, tu cerebro prescinde del no, y busca es su archivo la representación que tú tienes de lo que es un pastel de nata y eso es precisamente lo que visualizarás. Ha omitido el no completamente. Se hizo un estudio con niños en un colegio y se vio que sustituir los carteles que indicaban no grites, por otros que decían habla en voz baja, era mucho más efectivo.
Cuando nos expresamos tenemos que poner especial cuidado en hablar en positivomanifestando lo que realmente queremos y salir de la “actitud de la queja”, si lo que deseamos es que nuestra vida empiece a manifestar unos resultados positivos …. Y tú, ¿cómo te expresas habitualmente?
Con cariño,

Adicción a la cocaína

 





La cocaína es una droga altamente adictiva. Funciona de la misma manera que la heroína y la nicotina, recurriendo a la recompensa natural del cerebro (la dopamina). La droga se une a las proteínas en el cerebro que son responsables de transportar la dopamina. Como resultado, la dopamina se acumula en la sinapsis para crear un "colocón". La cocaína produce placer cada vez que se consume y un gran bajón muy desagradable y brusco cada vez que pasan los efectos. Esto refuerza la dependencia de la cocaína empujando a aumentar el consumo y al cocainismo.
Parte de la razón de que la cocaína sea tan adictiva para los adictos es que proporciona una sensación inmediata de euforia, a veces en sólo unos segundos. La cocaína es una droga cautivadora que te hace sentir confiado, alerta, hablador. Sobre todo cautiva a los que les resulta difícil sentirse así normalmente y son propensos a la dependencia de la droga. Los efectos de la droga no duran mucho tiempo, lo que significa que los usuarios pueden tener la tentación de seguir utilizándola para mantener los efectos del colocón, o para evitar el bajón que se produce después de consumirla.
Pero, cuando los efectos de la droga desaparecen, esas sensaciones son rápidamente reemplazadas por la depresión, la ansiedad y la irritabilidad del bajón. Una persona que se viene abajo después de haber consumido cocaína puede experimentar una falta de energía. La persona bajo los efectos de la adicción a la cocaína puede dormir muchas horas una vez que pasan los efectos de la cocaína para superar el cansancio que produce el cocainismo en el cuerpo.
Algunos adictos que consumen cocaína se vuelven adictos a ella con relativa rapidez. Una vez que una persona ha desarrollado una adicción a la cocaína, puede ser difícil de superar. Con el tiempo, un adicto a la cocaína tiene una sensación permanente de depresión y cansancio y la única manera de sentir algo de placer (que un no adicto siente haciendo cualquier actividad agradable) es consumiendo cocaína.
Otro problema para las personas que se vuelven adictos a la coca es que desarrollan una tolerancia a la droga. Con el tiempo, es necesario utilizar grandes cantidades para conseguir el mismo efecto placentero que se experimenta cuando se empezó a consumir cocaína. El aumento de la tolerancia por el cocainismo puede llevar a una sobredosis en un descuido.

¿Quiénes son adictos a la cocaína?
Si crees que la imagen típica de un adicto a la cocaína se corresponde con la realidad puedes llevarte una sorpresa. La mayoría de las personas que se vuelven adictos a la cocaína tienen un empleo remunerado, tienen trabajos a tiempo completo, donde se desempeñan una actividad diaria. Una encuesta realizada por Narcóticos Anónimos demostró que más del 40 por ciento de los adictos a la cocaína admitió haber suministrado la droga a sus compañeros de trabajo.

Los signos de la adicción a la cocaína
Cuando la cocaína se convierte en el centro de tus pensamientos y emociones, o cuando comiences a planear tu tiempo libre en torno a la droga, entonces estarás entrando en la zona de peligro de la adicción a la cocaína. Una persona que siente que tiene necesidad de consumir cocaína para hacer su vida o que simplemente quiere ser capaz de sentirse bien probablemente ha cruzado la línea de la adicción a la cocaína para caer en la dependencia.
Otros signos de cocainismo son el comenzar a faltar al trabajo o cuando estás pasando menos tiempo con amigos y familiares para consumir cocaína. También la venta de posesiones personales para comprar la droga es una advertencia de la dependencia de la cocaína. Una vez que has llegado al punto en el que estás robando para apoyar la adicción a la cocaína, definitivamente hay un problema de dependencia química.

La psicosis producida por la cocaína. Psicosis cocainómana
En el peor de los casos, el cocainismo puede llevar a una enfermedad mental, la psicosis de la cocaína. Es un estado muy desagradable de ansiedad, insomnio, paranoia, cambios de humor y pérdida de peso. Algunas personas en medio de un episodio psicótico se vuelven violentas.
Los síntomas de esta afección pueden ser similares a los de la esquizofrenia paranoide. Sigmund Freud describió la psicosis de la cocaína en 1884, cuando observó que un paciente que había sido medicado con cocaína durante varias semanas y describió haber visto ondulaciones en el aire y escuchar voces.
La causa de la psicosis de la cocaína parecen ser los niveles de dopamina en el cerebro debido a la adicción a la cocaína. El cocainismo hace que los niveles de dopamina suban artificialmente, lo que puede conducir a que los síntomas de la psicosis de la cocaína se manifiesten en algunas personas dependientes.

Encuentra un Centros de Tratamiento de drogas
Los adictos a la cocaína que inhalan la droga con regularidad durante varios años y los que la fuman son más propensos a desarrollar psicosis de la cocaína que los usuarios más ocasionales. Algunas organizaciones de lucha contra la droga consideran la psicosis de la cocaína como el inevitable efecto secundario de la dependencia química de esta droga.
Antes de llegar a este punto debes buscar ayuda. Incluso si ya se ha manifestado el cocainismo siempre será mejor contar con la ayuda de un tratamiento con seguimiento contra las recaídas que enfrentarte en solitario a algo que no se puede arreglar únicamente con voluntad. Arruinara tu vida y te dejara sin dinero antes de que te des cuenta. No lo dejes. Pide ayuda.

Violencia de género en adolescentes

 





Violencia de género en adolescentes: mensajes contradictorios


Por Laura Martínez Valero 

La violencia de género no es un problema desconocido para los jóvenes. Ya en el año 2010 un estudio del Ministerio de Igualdad y la Universidad Complutense de Madrid mostraba como un 76% de las chicas y un 65% de los chicos rechazaban abiertamente este tipo de violencia.
Sin embargo, pese a que muchos adolescentes afirman conocer la teoría, cada vez son más las jóvenes que acuden a los organismos dedicados a la ayuda a las víctimas de violencia de género. En el año 2012, según un informe de la fundación ANAR, 927 menores de edad llamaron a su teléfono. En total, un 17% más que en el año anterior. De ellas, un 58,9 % tenían 17 años; un 19,1% tenía 16 años, y un 12% tenían entre 13 y 14 años de edad.
Por tanto, una cosa es la teoría y otra, la práctica. Y es que aún predominan muchos referentes machistas, como las ideas de protección y control de la ‘joven desvalida’, en películas, libros y canciones (analicen la letra de ‘Every breath you take’ de The Police).
El conocido best-seller 50 sombras de Grey de la autora E.L. James es un ejemplo muy reciente. En este libro, vendido como un manual de liberación femenina, Christian Grey, un multimillonario sexy y dominante, cautiva a Anastasia, que para variar es torpe y poquilla cosa, siguiendo la estela de Bella en Crepúsculo de Stephenie Meyer.
Según un reciente estudio de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus (EEUU), Anastasia presenta un comportamiento típico de mujeres maltratadas con una ‘constante amenaza percibida, identidad perdida y ansiedad’.
Veamos un fragmento de un diálogo del libro:
—Anastasia, ¿dónde estás? Dímelo ahora mismo.
 Su tono es tan… tan dictatorial. El controlador obsesivo de siempre. (…)
  —Eres tan… dominante —le digo riéndome.
  —Ana, contéstame: ¿dónde cojones estás?
No es para tomárselo a broma. Muchas adolescentes están recibiendo mensajes contradictorios quehacen difícil reconocer las situaciones de abuso, celos y acoso. No desconocen la teoría, pero no saben aplicarla. Quizá no permitan que el novio las pegue, pero sí que controle sus mensajes, las llame a todas horas, les pida que no se vistan de cierta manera… como en sus novelas favoritas.



Imagen de la película Crepúsculo, basada en la novela de Stephenie Meyer
Por poner más ejemplos, en Crepúsculo, Bella ama a un vampiro cuya máxima tentación es matarla. La joven hace las siguientes reflexiones: ‘Había una cosa que sabía a ciencia cierta. El amor concede el poder de destruirte’; ‘Tampoco importaba si no me quería. No importaba cuánto tiempo pudiera llegar a vivir, jamás podría llegar a querer a otro’ o ‘Si tu vida fuera todo lo que tuvieras que darle a tu amado, ¿cómo podrías negársela?’.
Con mensajes así, ¿cómo esperamos que haya coherencia en la ideas de las adolescentes? Obviamente, la solución no es prohibir su lectura, yo misma leí Crepúsculo con 15 años, pero sífomentar una actitud crítica para no confundir el amor con la dependencia y la sumisión. Y crear nuevos modelos, para mujeres y para hombres, basados en el respeto y la igualdad.

Laura Martínez Valero es estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual. Colaboradora del equipo de comunicación de Intermón Oxfam.

Mi palabra soy yo... El valor de la palabra dada

 


De: http://www.visionycoaching.com

Siempre he sido un poco maniática en algunos temas como el de la puntualidad. No respetar la hora en la que se ha quedado lo considero una falta de respeto hacia la otra persona, una forma de jugar con su tiempo y de alguna manera con la organización de sus actividades y con su vida.
Esto que en ocasiones puede parecer tan trivial “total 10 minutos”… o “total en un viaje de casi cuatro horas, retrasarse una, o dos, o modificar totalmente la hora de llegada establecida siempre con una u otra excusa” constituye tan sólo la punta del iceberg del poco valor que damos a nuestra palabra y de lo poco que nos importan las personas implicadas. Es como un insulto sin palabras, rectifico, un intento de zaherir a los demás cuando lo que hace quien incumple es recibir un boomerang de la intención de su acción.

En mi formación como Coach, y en nuestros talleres y cursos en coaching e inteligencia emocional, hacemos un especial hincapié en el valor de la palabra. Consideramos la palabra dada como nuestra principal tarjeta de presentación. El valor que doy a mi palabra es mi identidad, define lo que soy, quien soy y como me relaciono con los demás. Define mi credibilidad, mi moralidad, establece si soy o no digno de confianza no sólo en lo personal sino en lo profesional. Mi palabra soy yo. Si algo puede establecer lo que valgo es la credibilidad en lo que digo, por las implicaciones que tiene. Incluso la credibilidad en lo que no comunico verbalmente pero transmito de manera no verbal.

Es cierto que actualmente el valor de la palabra dada está a la baja. Y no sólo de la palabra comprometida verbalmente, sino de la escrita y concertada en cualquiera de los medios de comunicación que nos permiten emitir nuestros mensajes sin tener siquiera que hablar con la otra persona.

Ya no se hace extraño el anular reuniones y conferencias mediante mensajes de e-mail o whatsap, a veces incluso con posterioridad a la hora en la que hipotéticamente deberían haber comenzado. Cada vez es más frecuente el incumplir los compromisos pactados de fechas en la elaboración de trabajos y proyectos conjuntos. De igual modo que la frase “¿dónde está eso escrito?” cuando reclamas una parte de un compromiso en una compra o servicio a alguien a quien suponías de confianza, es cada vez más habitual. Incluso aún sabiendo que se ha elegido como proveedor o patner entre varias ofertas por el valor que suponía la confianza existente.

Sin sonrojos de ningún tipo. Y, generalmente, con la palabra honestidad de manera permanente en la boca de quien tiende a incumplir su compromiso. Ya lo dice el refrán “dime de que presumes …”


A pesar de que la palabra empeñada cada vez es menos sinónimo de garantía debemos esforzarnos en dotar de valor a la nuestra, contribuir a otorgar de nuevo valor real a los conceptos de honestidad, compromiso, palabra otorgada. No ser solamente tópicos con los que nos expresamos de manera grandilocuente ni que añadimos como valores propios o de empresa. Es necesario generar un clima de confianza alrededor nuestro, y porque no, ser ejemplo.

Desde el tema personal y familiar, no prometiendo ni amenazando a los niños aquello que no vamos a cumplir, para no generar falsas expectativas y posteriores decepciones, ni temores infundados. Debemos contribuir a establecer un clima de confianza, para enseñar a aquellos para quienes somos ejemplo un comportamiento responsable y sincero. Será difícil el pedir a los niños y adolescentes sinceridad y compromiso, si están acostumbrados a que los adultos lo incumplamos de manera sistemática. Es cierto que en ocasiones no somos conscientes de lo que hacemos, prometemos ir al parque o de excursión o al cine, cuando sabemos que posiblemente no podamos hacerlo. Generamos una ilusión y motivamos a hacer algo con la promesa de una recompensa que no damos, no por mala fé, sino por imposibilidad de disponer de tiempo o medios.