miércoles, 27 de febrero de 2019

lunes, 25 de febrero de 2019

Charla-taller "LA ANSIEDAD COMO ENEMIGO"


Os invitamos a esta charla-taller que organiza nuestra asociación dentro del programa "XXIX Semana de la Mujer de Archena", que imparte una gran profesional, la psicóloga Dª. Elena Marín Carratalá. 

No os la perdáis porque va a ser muy interesante!!!!







viernes, 15 de febrero de 2019

EL MUNDO NECESITA PERSONAS...


Personas que no se vendan.

Personas honradas, sanas desde el centro hasta la periferia.

Personas íntegras hasta el fondo del corazón.

Personas de conciencia fija e inmutable como la aguja que marca el norte.

Personas que defiendan la justicia aunque los cielos caigan y la tierra tiemble.

Personas que digan la verdad sin temor al mundo.

Personas que no se escondan ni huyan, que no flaqueen ni vacilen.

Personas que tengan valor sin necesidad de acicate.

Personas que sepan lo que hay que decir y que lo digan.

Personas que sepan cuál es su puesto y que lo ocupen.

Personas que conozcan su trabajo y su deber y que lo cumplan.

Personas que no mientan, ni se escurran ni rezonguen.

Personas que quieran comer sólo lo que han ganado.




martes, 12 de febrero de 2019

EL PAQUETE DE GALLETAS




Había una vez una señora que debía viajar en tren. Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera. Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.

De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven. Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.

El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: “No podrá ser tan caradura” mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco. -¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta. -De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.

Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: “¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!” De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.

Reflexión: Cuántas veces nuestros prejuicios y decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a los demás y cometer graves equivocaciones. Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos arbitrariamente a las personas y las situaciones, encasillándolas en ideas preconcebidas alejadas de la realidad. Por lo general nos inquietamos por eventos que no son reales y nos atormentamos con problemas que tal vez nunca van a ocurrir. 

Dice un viejo proverbio: “Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente; pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera”. 

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LA ROSA Y EL SAPO




Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:

Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?

La rosa contestó: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó: Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos “sirven” para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera seamos conscientes.


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La botella (un cuento)



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar".

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: "Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente". Hay muchas lecciones que podemos extraer de esta historia. Muchas veces tenemos miedo de iniciar un nuevo proyecto porque demandará una gran inversión de tiempo, recursos, preparación y conocimiento. Muchos se quedan parados satisfaciéndose con los resultados mediocres, cuando podrían lograr grandes victorias. Muchas veces tenemos grandes oportunidades que se nos presentan en la vida y que pueden ayudarnos a ser mejores personas o pueden abrirnos puertas nuevas que nos conducen a un mundo mejor... pero tememos... no confiamos. La vida es un desafío, ¿por qué no nos arriesgamos?, ¿por qué no creemos? El tren pasa algunas veces por nuestra vida cargado de cosas... podemos arriesgarnos y subir... o dejarlo pasar... ¿Y si no vuelve? ¿Y si esa oportunidad que hoy dejamos pasar no se repite?

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miércoles, 6 de febrero de 2019

APRENDIENDO (Jorge Luis Borges)



Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende que el AMOR no significa acostarse.

Y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender ....

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes ...
y los futuros tienen su forma de caerse
por la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado,
hasta el calor del Sol puede quemar.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende ... y así cada día.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien,
porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz
de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda la felicidad.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y que quien no lucha por ellos, tarde o temprano,
se verá rodeado sólo de falsas amistades.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen
hiriendo durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente,
es muy probable que la amistad jamás sea igual.

Con el tiempo te das cuenta que aun siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida
con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla
o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy,
porque el sendero del mañana no existe.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen,
ocasiona que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás a los que se marcharon.

Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo, pues ante
una tumba ya no tiene sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo..."



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lunes, 4 de febrero de 2019

DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

¿Quién no conoce o ha padecido en primera persona esta enfermedad tan terrible, que genera tanto dolor y tanto sufrimiento? 

Cuántos años de investigación, de recaudación mundial, y aún sigue ahí. 


Se ha avanzado, pero muy despacio.


Creemos que se podría hacer mucho más para evitar primero y para solucionar después.


Sabemos, porque las investigaciones lo confirman, que existen productos que son cancerígenos y que se aplican a los alimentos cada día, tanto vegetales, animales o de conservación (pesticidas, fungicidas, plaguicidas, acelerantes de maduración, estimulantes de sabor, conservantes, estabilizantes), en contaminantes medioambientales generados por un sinfín de causas. En todos los países no se ponen los medios para impedir que vivamos, comamos, respiremos, etc. tanto veneno, que el dinero valga más que la salud y la vida. Y esto nos indigna.
Hoy queremos expresar nuestro desprecio por quienes provocan o permiten que se ataque a la salud y la vida de las personas.


Y también, todo nuestro amor y apoyo a quienes sufren y padecen esta enfermedad en cualquiera de sus afecciones.


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