domingo, 8 de marzo de 2015

MUJERES A LAS QUE PONGO ALFOMBRA DE ROSAS

He tenido, por una parte, la suerte de haber nacido de la más dulce, tierna y sensible de las mujeres, -y aún así la más disciplinada-; y que a su vez, a ella la pariera una de las mujeres más fuertes, valientes, honestas y luchadoras que he conocido; por otro lado, tuve que pasar demasiado pronto por la amarga experiencia de perderlas demasiado pronto. Pero la vida, que a veces tienes estas cosas, me ha regalado dos hijas que tienen esos mismos genes, y me las recuerdan cada día. No sería agradecida con la vida, si no recordase y reconociese a tantas mujeres que me han dado las mejores y más enriquecedoras lecciones de generosidad, honradez, esfuerzo, solidaridad…. y todo ello como si fuese lo más natural y sin darse ninguna importancia, mujeres normales y corrientes que no dudan en echar una mano a quién lo necesita, que se dejan la piel para sacar a sus familias adelante, que se desviven por los amigos, que antes de pedirles ya te están dando lo que necesitas. Mujeres “normales” pero super inteligentes e ingeniosas para sobrevivir cada día, mujeres “normales” pero que lo arriesgan todo y sin dudar cuando es necesario, mujeres “normales” que tienen una barita mágica –aún no sé dónde- para con casi nada hacer un menú exquisito, celebrar el más bonito de los cumpleaños de sus hijos o conseguir que los Reyes Magos las escuchen. Mujeres “normales” que dicen sabias verdades, mujeres "normales" que sonríen y transmiten ilusión aún habiendo pasado por las peores experiencias, mujeres que dan ánimos incluso cuando llevan de la mano una desagradable enfermedad, o lo que es aún peor, cuando la llevan de la mano de lo que más se puede amar en esta vida, un hijo; mujeres “normales” que sin pasar por la universidad son las mejores profesionales en ese oficio que es “la vida”. Gracias a todas las mujeres (a algunos hombres también), pero con l@s que me he encontrado y me han enseñado grandes cosas.
Mercedes O.

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