miércoles, 4 de junio de 2014

LA MONARQUÍA

La monarquía es una forma de gobierno de un Estado (aunque en muchas ocasiones es definida como forma de Estado en contraposición a la república) en la que la jefatura del Estado o cargo supremo es:
El término monarquía proviene del griego μονος (mónos): ‘uno’, y αρχειν (arjéin): ‘gobierno’, traducible por gobierno de uno solo. A ese único gobernante se le denomina monarca o rey (del latín rex) aunque las denominaciones utilizadas para este cargo y su tratamiento protocolario varían según la tradición local, la religión o la estructura jurídica o territorial del Gobierno (véase sección correspondiente).
El Estado regido por un monarca también recibe el nombre de monarquía o reino.
El poder del rey puede identificarse o no con la soberanía; ser absoluto o estar muy limitado (como es usual en la mayoría de los casos de las monarquías actuales, sometidas a regulación constitucional).
El primer precedente europeo de esta institución como reino se dio tras la llegada de los suevos a la provincia romana de la Gallaecia (noroeste de Hispania) en el año 409, cuando acuerdan un foedus con Roma en el 410 por el que se establecen en la provincia y se otorga a su caudillo Hermerico (409-438) el título de rey (rex), aceptando como superior la autoridad del emperador de Roma. Así, en la Gallaecia, como primer reino (regnum) de Europa con tal denominación, se consolida el primer paso hacia la estructuración del poder político en el espacio europeo medieval en reinos bajo la autoridad moral, cada vez más meramente teórica, de un emperador.

La monarquía hereditaria es una forma de gobierno en la cual el monarca es el heredero, normalmente un hijo, del monarca anterior.
Se trata del tipo más común de monarquía, siendo la utilizada por casi todas las monarquías actualmente existentes.
En una monarquía hereditaria, todos los monarcas provienen de la misma familia, y la corona pasa de un miembro a otro de la familia. El sistema hereditario tiene como ventajas la estabilidad, la continuidad y previsibilidad, así como los factores de estabilidad interna de afecto familiar y lealtad.
Por ejemplo, cuando el rey o la reina de una monarquía hereditaria muere o abdica, el trono es sucedido a la siguiente generación, su descendencia, escogida típicamente por orden de jerarquía. Cuando ese descendiente muera, el trono volverá a ser pasado a su descendencia, o, si no la hay, a un hermano, hermana, sobrino, sobrina, primo, u otro pariente. Las monarquías hereditarias tienen su sucesión definida por una línea de sucesión establecida legislativamente, por lo que es conocido de antemano quién será el siguiente monarca. Actualmente, la línea de sucesión típica en las monarquías hereditarias está basada en alguna forma de la primogenitura, aunque existen otros métodos como la jerarquía, el tanistry y la rotación, mucho más comunes en el pasado.
Históricamente, han existido diferencias en los sistemas de sucesión, principalmente acerca de si la sucesión está limitada únicamente a varones, o si las mujeres también podían ser elegidas para suceder en el trono. La sucesión agnática se refiere a sistemas donde las mujeres ni tienen permiso para suceder la corona ni para transmitir los derechos de sucesión a los descendientes varones (ver Ley Sálica). Un agnado es un heredero que rompe la línea sucesoria masculina. La sucesión cognática se relaciona con sistemas de sucesión al trono u otras herencias que permite a varones y mujeres ser herederos por igual, aunque en el uso moderno se especifica a la sucesión igual por jerarquía sin importar el género.
La monarquía electiva puede funcionar prácticamente como una monarquía hereditaria, por ejemplo, en caso de que la elección se haya reducido a miembros de una única familia (o incluso más, pero únicamente si son permitidas por las reglas de prioridad de la elección). Esto ha ocurrido históricamente, normalmente de forma lenta, en muchas monarquías electivas del pasado. Un método era que el monarca que estaba de mandato escogiese su heredero (hijo, hija, hermano, hermana, u otro pariente), elegido durante la vida del monarca, mientras este fuera capaz de ejercer su influencia para dirigir la elección al resultado deseado.
Muchos países post-medievales de Europa eran oficialmente monarquías electivas, pero la misma familia ha mantenido el trono incluso durante siglos, y esa situación híbrida debería ser descrita como pseudo-electiva, incluso como monarquía hereditaria virtual, pero con un sistema de sucesión situado en una lenta transición. Muchas de esas monarquías híbridas se han convertido oficialmente en hereditarias en los principios de la Edad Moderna y actualmente, Tíbet y el Vaticano.[cita requerida]
http://es.wikipedia.org/wiki/Monarqu%C3%ADa



¿Cual es el sentido de la Monarquía?

Por Edgard Barquero R | Blog-Ciudadano


La monarquía es un régimen político obsoleto y antidemocrático en el cual los reyes gozan de un beneficio automático y vitalicio tanto  para ellos como para sus generaciones descendientes.

Las personas en estos países ingleses, donde hay monarcas tienen que aceptar a los hijos de los reyes como futuros reyes sin que ellos tengan el derecho de elegirlos simplemente porque “tienen sangre azul”, este sistema no puede ser más antidemocrático. Precisamente es por eso que la monarquía es una herencia medieval que ya debería estar obsoleta.

Resulta ridículo que en pleno siglo XXI los gobiernos de Europa, sigan gastando el dinero de sus ciudadanos en mantener el gran nivel de vida y privilegio que gozan estas familias de la “realeza”.

Esto no es nada productivo. A estos individuos que simplemente posan para las fotos, revistas y hacen cosas excéntricas para que las personas estén pendientes de que hacen o no hacen, para así mantener vivo un teatro para el que ellos viven.

¿En realidad valen la pena los millones de euros que invierten en estas familias, en sus gigantescos eventos? ¿Vale la pena el gasto que generan para el beneficio que ellos ofrecen? Quizás para eso se podría crear una fundación o institución que administre ese dinero y trabaje para el bien de los más necesitados, pero ¿Cuál es el sentido de darles todo ese dinero a la “realeza”? ¿Para que a parte de ayudar se den la gran vida gastando millones en ellos mismos?

Un claro ejemplo es la famosa boda del príncipe William y Kate Middleton que se realizó en Londres, donde las familias de la realeza hicieron gala de su fortuna, en un gasto sin precedentes en el país ingles, ceremonias que solo pueden ser orquestadas por los hijos herederos de las coronas inglesas.

Aún cuesta creer que Europa, siendo un continente del primer mundo pueda tener una institución tan arcaica como lo es la monarquía. Esta institución queda atascada en el tiempo y fuera de lugar. La familia real debería de quedar en el pasado como parte de la historia cuando en verdad eran útiles, ya que eran los que en realidad gobernaban para el bien de sus países. Hoy ya no tienen razón de ser, son solo son un adorno muy caro que causa mas perjuicio que beneficio.

En los últimos años la realeza ha servido: 1. Para que las revistas siempre tengan una portada asegurada 2. Para que apoyen a la selección nacional de Fútbol 3. Para mandar a callar a los dictadores latinoamericanos 4. Para que viajen por medio mundo en yates y aviones VIP 5. Para que aplaudan a Nadal en los torneos de Wimbledon y la cámara los encuadre mientras bostezan 6. Para que vayan a los funerales de Estado y den los pésame.

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