Quiet Time, una estrategia de reducción de estrés en diferentes colegios de San Francisco, propone que los estudiantes mediten dos veces por día. Los resultados no tardaron en llegar: bajó la violencia, mejoró la concentración de los alumnos y también el rendimiento académico.
David Lynch y Russel Brand se sumaron a la movida
De entrada puede parecer algo sacado de los años 60, tiempos de hipismo e hinduismo. Pero es una realidad: dos veces por día, suena el gong en varios colegios de San Francisco y los estudiantes, muchos de los cuales no podían quedarse quietos por diez segundos, cierran sus ojos y limpian su mente. La meditación a nivel escolar funciona, y en varios niveles.
Esta práctica ya se ha expandido entre padres y maestros. Las pruebas demuestran que integrar la meditación a la rutina diaria mejora la vida de los estudiantes. Richard Carranza, Superintendente de San Francisco, es uno de los principales impulsores del programa, y Quiet Time es cada vez incorporado por más escuelas, debido a su efectividad.
Visitacion Valley Middle School fue el primer colegio en incorporar la meditación, en 2007. Queda en un barrio donde abundan los tiroteos y todos conocen a alguien a quien le dispararon o que disparó a otra persona. Estudiantes descontrolados, que peleaban en los pasillos e insultaban a sus maestros, altísimo ausentismo en clase, profesores desganados: así era. En el primer año de aplicación de Quiet Time, las suspensiones de alumnos bajaron un 45 por ciento. Cuatro años después, las suspensiones pasaron a ser las más bajas de la ciudad. Y no sólo eso: hay un 98 por ciento de asistencia del alumnado y las notas también crecieron. Pero, más importante, en la escuela anual de salud que realiza California, los alumnos de Visitatin Valley resultaron los más felices de todo San Francisco.
En Burton High School, otro colegio donde aplica la meditación, se reportaron bajísimos niveles de estrés y alta performance educativa. Llamativamente, los alumnos que participan de Quiet Time demostraron un altísimo rendimiento en uso del lenguaje y aún mejor en Matemáticas. Profesores consultados alegan que los chicos están menos agotados emocionalmente y que eso les permite una mayor concentración.
“Nuestros estudios revelan la importancia de factores socio-emocionales en la mejoría de la vida de los niños. No sólo importa lo académico. Y en ese punto es donde la meditación tiene un impacto vital. Me gustaría que se expandiese mucho más allá que a un puñado de escuelas”, declaró Carranza. Tal vez su sueño, a causa de los excelentes resultados, sea pronto una realidad.
Visto en San Franciso Chronicle
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