miércoles, 4 de diciembre de 2019

Violencia verbal, heridas invisibles Por: *Kary Galarza, Salud y Medicinas



 Violencia verbal, heridas invisibles
Por: *Kary Galarza, Salud y Medicinas




La palabra tiene poderoso efecto en la conducta, ya que influye sobre quien la pronuncia y afecta e involucra a quien la recibe, penetrando en sus emociones. Cuando en un diálogo de pareja predominan frases ofensivas, burlonas o humillantes, estamos frente a violencia verbal.

Es como una paliza que no deja evidencias a la vista, y la víctima que la vive es perseguida con amenazas, injurias, calumnias, gritos, insultos, descalificaciones, desprecios, burlas, ironías, críticas permanentes y acciones para socavar su seguridad y autoestima. Estamos acostumbrados a pensar que violencia es algo que se refiere únicamente a los golpes, a las agresiones físicas. Sin embargo, dejamos de lado una forma mucho más directa y cotidiana que tiene que ver con nuestra manera de hablar. No sólo nos referimos a lo que decimos, sino a cómo y con qué intención lo hacemos.

“El abuso verbal puede ser directo o sutil, y los comentarios se pueden hacer de manera hostil, con enojo o, incluso, con una sonrisa. Debemos entender este punto, porque cuando nos abusan ‘cariñosamente’ nos duele, pero no sabemos bien por qué”, explica el Dr. Noel Arce Noriega, especialista en Psicología Clínica egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Distrito Federal.

Oculto, pero hiriente
La violencia verbal es más difícil de percibir porque no deja cicatrices físicas, amén de que suele efectuarse en privado. Con frecuencia, la víctima es mujer y el perpetrador del abuso es varón, cuyo objetivo es hacer que la otra persona se sienta humillada, equivocada o mal, mientras que él se siente mejor.

De acuerdo con la estadounidense Patricia Evans, especialista en relaciones interpersonales y autora del libro El abuso verbal, este tipo de violencia se caracteriza por:
  • Atacar la naturaleza y las capacidades de la pareja, lo que ocasiona que con el paso del tiempo, la persona agredida comience a creer que hay algo malo con ella o sus capacidades.
  • Ser abierto (mediante insultos y arranques de ira) o encubierto (a través de comentarios sutiles, con un efecto similar a un “lavado de cerebro”). El primero suele incluir reproches y acusaciones, en tanto el segundo es agresión oculta para ejercer control sin que la pareja se dé cuenta.
  • Ser manipulador, pues pueden hacerse comentarios despectivos en forma sincera e interesada.
  • Ser imprevisible, lo que ocasiona que la pareja quede aturdida, atónita y desestabilizada por el sarcasmo, frase hiriente, desprecio o comentario injurioso.
  • Expresar doble mensaje, ya que existe incongruencia entre la manera en que habla el abusador y sus verdaderos sentimientos. Por ejemplo, puede sonar muy sincero y honesto mientras está diciendo a su contraparte lo que tiene de malo.
  • Aumentar en intensidad, frecuencia y variedad: la violencia inicia con frases despectivas, disfrazadas de chistes, y puede escalar hacia el abuso físico, comenzando con empujones “accidentales”.Categorías
Existen diversas formas de ejercer la violencia verbal. De acuerdo con el Dr. Arce Noriega, se agrupan de la siguiente manera:
  • Retener. Si una pareja retiene información y sentimientos, entonces el vínculo matrimonial se debilita. El abusador que se rehúsa a escuchar a su pareja le niega la experiencia y la deja aislada.•Rebatir. Quien ejerce la violencia verbal ve a su pareja como adversario, por lo que con frecuencia se le corrige en todo lo que dice y hace.
  • Rebajar. Puede ser una forma sumamente insidiosa de abuso verbal, porque niega y distorsiona la percepción real de la pareja del abuso, lo cual es sumamente destructivo. A veces va disfrazada con humor, pero su efecto humillante hiere a la persona.
  • Bloquear y desviar. El abusador verbal rechaza todo tipo de comunicación, dictamina lo que puede ser discutido o retiene información. Puede impedir toda posibilidad de resolver conflictos mediante el aislamiento y el desvío.
  • Acusar y culpar. Se le responsabiliza a la pareja de hacer algo malo o alguna violación de los acuerdos básicos de la relación.
  • Juzgar y criticar. El agresor juzga a su pareja y luego expresa su juicio en una forma crítica. Si ella objeta, puede decirle que simplemente está señalando algo para ayudarle, aunque en realidad la está descalificando.
  • Trivializar. Es un intento por tomar algo que se ha dicho o hecho y convertirlo en insignificante. Cuando se hace esto en forma franca y sincera, puede ser difícil de detectar. A menudo, la pareja queda confundida y cree que no ha explicado eficazmente a su compañero la importancia de algunas cosas para ella.
  • Socavar. Se retiene el apoyo emocional y erosiona la confianza y determinación. A menudo se aplasta una idea o sugerencia con un único comentario.•Amenazar. Se manipula a la pareja haciendo que surjan en ella sus mayores temores.
  • Ordenar. Niega la igualdad y la autonomía de la contraparte, tratándole como esclava o subordinada.¿Qué hacer?“Es fundamental que la pareja reconozca las características de la violencia verbal, pues cuando hay abuso de este tipo en una relación, por lo general se trata de un problema mutuo, no sólo de una de las partes”, enfatiza el terapeuta.
Si está en una relación abusiva verbalmente o descubre que se engancha a menudo en relaciones de este tipo, busque atención psicológica con un especialista en salud mental, quien tras estudiar su caso y mediante terapia le ayudará a cambiar ese patrón de conducta.

Finalmente, considere que una descarga diaria de palabras hirientes conduce a la depresión y, cuando ésta se agrava, puede derivar en el suicidio. Ponga un alto, analice su situación y resuélvala con ayuda de un especialista; tome en cuenta que el amor no es sinónimo de sufrimiento.
http://www.saludymedicinas.com.mx/nota.asp?id=2863&IDC=7&ids=2 

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