domingo, 17 de abril de 2016

Cuento para pensar: Las sábanas de la vecina


Una pareja de recién casados, se mudó a un barrio muy tranquilo de la ciudad. Todo era nuevo para ellos y observaban con curiosidad cuanto había a su alrededor. 

En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero. Con una media sonrisa le comentó a su marido: 

- ¡Qué sabanas tan sucias cuelga la vecina” Ojalá pudiera enseñarle a lavarlas mejor, o recomendarle mi detergente de la ropa. No la conozco demasiado, pero debería buscar la forma de acercarme sin ofenderla y ayudarle a tener sus sábanas mejor. 

El marido la miró con una sonrisa, sin contestarle. 

Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento, ajena a su observación. Para ella casi se estaba transformando en una obsesión. Seguía pensando en su vecina y en cómo ayudarle a mejorar la limpieza de sus sábanas 

Un día, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas muy muy limpias. Le contó a su marido con alegría: 

- ¡Qué te parece! La vecina aprendió a lavar la ropa. Parece que no era solo a mí a quien le llamaba la atención. ¿Le habrá enseñado otra vecina? 

Esta vez el marido sí le respondió: 

El marido le respondió: 

- ¡No, hoy me levanté más temprano y limpié los cristales de nuestra ventana !


Y ésto es así. 
Todo depende de la limpieza de la ventana, a través de la cual observamos
Antes de criticar, quizás sería conveniente chequear cómo tenemos de limpios nuestros ojos para poder ver más claro.



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