miércoles, 26 de enero de 2022

Todos los cuerpos son normales...



A ninguno le sobra o le falta nada.

Porque todos y cada uno de ellos, de momento, lo que consiguen es hacer posible la existencia.

Para que un cuerpo sea bello lo único que hace falta es que esté vivo.

Que sea capaz de bombear la sangre y de contener el cúmulo de sustancias inmateriales que somos las personas.

Para que un cuerpo esté bien solo hace falta que te permita llegar al lugar que quieres.

Aunque ese no sea el lugar que los demás quieren para ti.

Como todos los cuerpos son válidos todos merecen amor.

Incluso el tuyo propio.

Aunque algunos se empeñen en decir que no.

Que hay cuerpos que no son deseables.

Porque son muy gordos o muy delgados.

Porque tienen arrugas, marcas o cicatrices.

Porque tienen pelos, manchas o estrías.

Porque se amputan, se descuelgan o se deforman.

Porque no encajan con una única idea del mundo.

Todos los cuerpos son bonitos.

Lo son porque tener un cuerpo es un hecho altamente improbable.

Tienen que suceder muchísimas cosas para tener un cuerpo.

Tantas que tu cuerpo es una fuerza de la naturaleza como lo es un huracán o un terremoto.

Tu cuerpo es tu maravilla.

Y eso no quiere decir que sea un tesoro o que tengas la obligación de tener una consideración especial con él, no.

Eso quiere decir que es tuyo.

Por eso no permitas que nadie hable mal de tu cuerpo.

Ni siquiera tú.

Tampoco hables mal del cuerpo de nadie.

No dejes que te convenzan de que hay cuerpos que lo valen todo y cuerpos que merecen migajas.

No le des ese poder a ninguna persona.

Defiende tu cuerpo como si fuera un planeta dentro de este planeta.

Y cuando te hagan sentir odio, o asco, para sacar rentabilidad de tu malestar.

Piensa en el vientre de tu madre y en cómo se formó dentro de ella tu nariz, tus muslos o tus orejas.

Piensa en las caderas de tu abuela que tanto se parecen a los tuyas.

En la forma del mentón que es de tu abuelo y que ya no está.

Tu cuerpo es lo que queda aquí de los que ya se han ido.

Solo por eso es perfecto.

Sea como sea tu cuerpecito.

Abrázalo muy fuerte.

Porque a pesar de todo y de todos.

Continúas aquí.

Gracias a él.

Roy Galán.







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