lunes, 23 de marzo de 2020

Cuento


Había una vez un matrimonio con un hijo que decidieron viajar en busca de mejor fortuna. Así pues, cogieron su burro, montaron en él al niño y se pusieron en camino.
Al llegar al primer pueblo oyeron cómo la gente comentaba; “Hay que ver que niño más sinvergüenza. El va cómodamente montado en el burro, mientras sus padres, ya mayores, van caminando.”
 La mujer le dijo al marido: “No podemos permitir que hablen mal del niño”. Así que decidieron que el niño se bajara y se subiera la madre al burro. Al llegar al pueblo siguiente, oyeron como la gente decía: “Pobre hombre, seguro que está cansado de trabajar y va andando  mientras su mujer va muy cómoda en el burro. Y pobre niño…¿Qué se puede esperar de una madre así?”. Disgustados por los comentarios, decidieron que lo mejor era subirse los tres en el burro.
Al llegar al pueblo siguiente, cuál no sería su sorpresa cuando oyeron comentar: “Mirad que tres bestias, son más animales que el animal que los lleva. ¡Le van a partir al espalda al pobre burro!”. Ya no sabiendo qué hacer, decidieron que lo mejor era bajarse los tres del burro y seguir todos andando.
Después de un rato caminando llegaron a otro pueblo, y nada más entrar en él, tuvieron que soportar como la gente se reía y comentaba: “Hay que ver qué tres tontos. Ellos van caminando cuando tienen un burro que podría llevarlos”.



Moraleja: hagas lo que hagas en tu vida, siempre habrá alguien que hable mal de ti. Por lo tanto, lo mejor es hacer siempre lo que te dice tu conciencia, y dejar que los demás hablen lo que quieran. Quien va por la vida buscando siempre el aplauso de los demás, no sólo no lo va a conseguir, sino que además no habrá vivido su propia vida.

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