sábado, 23 de diciembre de 2017

La Sonrisa Interior


Resultado de imagen de sonrisa


La tradición taoísta considera que la práctica de la Sonrisa Interior es la forma más efectiva para contrarrestar el estrés en nuestras vidas. La sonrisa está íntimamente relacionada con nuestra glándula tiroidea. Sonreir incrementa la actividad energética de esta glándula contraponiéndose al estrés, que por su parte contrae la energía de la tiroides.


Los sabios taoístas dicen que cuando se sonríe, los órganos segregan una sustancia que alimenta todo el cuerpo, mientras que las emociones como el miedo y la rabia crean toxinas que bloquean el paso de la energía, afectando la salud de los órganos y el cuerpo en general.


La práctica de la Sonrisa Interior consiste en cerrar los ojos, relajar la mente y recordar algo muy agradable, algo que nos haga sentir paz, bienestar y felicidad, lo que llevará a dibujar una genuina sonrisa en nuestra cara.


En ese momento podemos sentir aún más la sensación de alegría, y entonces podemos “ver” con el ojo de nuestra mente la sonrisa que tenemos en la cara, y desde allí llevarla a todo nuestro cuerpo.


La sonrisa se debe sentir y tener en la expresión facial y percibir su bienestar dentro de nosotros, y en ese momento proyectarla a cada parte del cuerpo, como si nos colocáramos enfrente de dicha zona y allí con sensación de gratitud y gozo le entregamos una sincera sonrisa.


Esta práctica se empieza por los ojos y se le sonríe a cada uno de ellos por separado. Se continúa con la nariz y a la propia boca, a la que vemos la misma sonrisa que le proyectamos. Luego se pasa a la cabeza, al cabello, al cuello y la nuca, a las extremidades superiores, al tórax y al abdomen, después a los genitales y de allí a las caderas, muslos, piernas y hasta los pies y sus dedos.


Seguidamente ingresamos al interior del cuerpo y nos dirigimos primero al cerebro, luego a la garganta, de allí a los pulmones, el corazón, bajando a los órganos del abdomen, como hígado, páncreas, estómago, bazo, intestinos, vesícula biliar, riñones, vejiga y órganos genitales internos.


No es necesario conocer a la perfección la anatomía, solo imaginar el órgano tal cual como nos parezca y proyectar lo mejor de nosotros en él. Por lo general sólo ocupa de cinco a diez minutos como máximo y produce de inmediato una sensación de paz interior, a la vez que de relajación dejándonos de una vez “cargados” para el trabajo del día que se avecina. Si existe una parte enferma o lesionada, es ideal mantener la sonrisa de manera más larga hasta que logremos “sentir” el bienestar que se proyecta en el cuerpo. Contra más alterada se encuentre una zona, mayor debe ser el empeño en ponerle nuestra mejor sonrisa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario