martes, 8 de agosto de 2017

La ciencia detrás del estrés: cómo destruye tu cuerpo poco a poco


El estrés te matará. Si te han dicho esta frase en algún momento, un familiar o un amigo, estate atento: puede tener razón. Los desencadenates químicos que se liberan en el cuerpo al estar estresado, ejercen efectos perjudiciales a largo plazo.
El estrés no es en sí mismo malo. A corto plazo el estrés es fundamental para agudizar la memoria, la concentración y conseguir que los esfuerzos que realiza una persona sean más eficaces. El problema radica en el momento en el que este mecanismo permanece activado durante largos periodos de tiempo. Pues el estrés, es una carrera a contrarreloj, no una maratón; y es bien sabido que no puedes correr una maratón a la velocidad de una contrarreloj.
nivel crónico, el estrés propicia enfermedades cuyas consecuencias van desde simples infeccionesalergias y artritis hasta infartos cardiacos y cerebrales; pasando por depresionesansiedadtrastornos del sueño u otras patologías psicosomáticas, que terminan siendo incapacitantes para la persona que las padece.
Las personas aquejadas de estrés son personas que generalmente viven con miedo a lo que pueda ocurrir al día o a los días siguientes, a no estar a la altura de las circunstancias, a seguir sufriendo una presión continua tanto física como psicológica. Son personas que continuamente están dando vueltas a las cosas, nerviosas y asustadas, presentando anticipaciones cognitivas altamente negativas (piensan siempre lo peor de una situación).
Toda esta negatividad, el lamentarse, apegarte a los deseos, quejarte sin sentido de cosas impermanentes que siempre seguirán pasando, o de cosas a las que no le pones remedio, ¿que hacen estos pensamientos en tu cuerpo? Todos te causan estrés.
Cuando tu cerebro dispara estas sinapsis de ira, ansiedad, frustración, queja continua, está debilitando tu sistema inmunológico; estás aumentando tu presión arterial, aumentando el riesgo sufrir enfermedades del corazón, obesidad y diabetes, y una plétora de otras enfermedades derivadas de ese exceso de negatividad -como la psicología de hoy señala.

El cortisol: el representante químico del estrés en el cuerpo

La hormona del estrés, el cortisol, es el enemigo número uno de la salud pública. Los científicos han sabido durante años que los niveles elevados de cortisol pueden: interferir con el aprendizaje y la memoriadisminuir función inmunitaria y la densidad ósea; incrementar la ganancia de peso, la presión arterial, el colesterol, las enfermedades del corazón… La lista sigue y sigue.

El estrés crónico eleva los niveles de cortisol; aumentando riesgo de depresión, enfermedad mental y disminuyendo la esperanza de vida.


Dos estudios separados fueron publicados en la revista Science vinculando los niveles elevados de cortisol como un posible desencadenante de la enfermedad mental y disminución de la resiliencia, especialmente en la adolescencia. El cortisol se libera en respuesta al miedo o al estrés de las glándulas suprarrenales como parte del mecanismo de lucha o huida.
Si necesitas más evidencia de los efectos dañinos del estrés, hay innumerables estudios que muestran los impactos negativos del pesimismo, la amargura y el arrepentimiento en su salud.

La conclusión es la siguiente

Independientemente de lo que te depare tu camino, tu elección es simple: el amor o el miedo. Entiendo que es difícil encontrar felicidad en aquellas noches cuando sientes que estás solo en el mundo, cuando un ser querido pasa, cuando fallas en esa prueba o eres despedido de ese trabajo.
Pero cuando estos momentos vienen, no tienes que vivir en el arrepentimiento o en la culpa ni la nostalgia, no tienes que darles una atención negativa constante y permitirles remodelar tu cerebro hasta el punto de convertirte en un amargado, cansado, y cínico viejo gruñón.
Recuerda en esos momentos qué significa estar vivo; recuerda que el aprendizaje continúa, que sólo es una página del libro, aunque sea duro de pasar… pasará. No te quedes en esa página, pues dejarás de avanzar en el libro de tu vida.
Estate atento a las lecciones de los fracasos, haz algo nuevo, aprende y sobretodo, elige el amor sobre el miedo, haciendo cada día mejor que el anterior. No dejes que nada se cronifique en tu vida: ni los pensamientos ni las emociones negativas, porque se convertirán en un flujo dañino de químicos en tu cuerpo.

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