De: http://www.elconfidencial.com
Los Sanfermines han devuelto a primera línea el drama de las
violaciones. Se habla mucho de los actos pero no de quienes los cometen.
Ana, 23 años. Era sábado por la tarde y había salido
con sus amigas a pasárselo bien a una de las discotecas de moda de la capital. Entre bailes y
muchas copas, conocieron a unos chicos. Parecían majos. Invitaron a
un par de rondas. A las cuatro de la mañana cerró el local y todos salieron en
dirección a sus casas. Dos de ellos se ofrecieron a acompañar a Ana y a su
amiga Julia a la calle principal para que cogiesen un taxi, ya que era muy
tarde. Julia se subió al primer coche que llegó. Ana tardó más en
volver a casa, pues fue empujada al callejón y violada por
sus dos nuevos amigos. Esos que estaban velando por su seguridad, escoltándola
hasta el taxi como auténticos caballeros.
La historia de Ana (nombre ficticio pero historia real) no
sorprende. Y menos aún con las noticias que nos llegan de los Sanfermines día sí y día
también. Hasta ahora, cuando se cumplen seis días de las fiestas de Pamplona,
ya se han producido cinco violaciones y siete abusos sexuales. La cifra es elevada, pero
insignificante si se compara con el millón de mujeres que han sido
agredidas sexualmente en España desde 2009, fecha en que
el Ministerio del Interior comenzó a desglosar la
estadística de agresiones sexuales para acomodarse al criterio de la Unión
Europea. Desde entonces, se han registrado más de 8.200 agresiones
sexuales con penetración, tres al día, una cada ocho horas.
Los datos son abrumadores, pero hoy no queremos centrarnos
en números, sino en sujetos. En ellos, concretamente. Los violadores.
¿Cómo son? ¿Hay alguna patología común que les una? ¿Es fácil
identificarlos? ¿Cómo eligen a sus víctimas? Hablamos con diferentes expertos
en el campo de la psicología,
la sociología y la sexología para elaborar un perfil tipo de estos
depredadores sexuales.
Hombres tocan el pecho de una mujer
durante los Sanfermines, en una imagen de archivo (EFE)
Violadores solitarios vs. violadores en manada.
Queremos saber qué clase de rasgos presentan los violadores.
Antes de entrar en detalles, Timanfaya Hernández, directora de Thpsicologia y
codirectora en Centro Globaltya Psicólogos
en Alcorcón, cree esencial diferenciar dos tipos de
agresores según actúen en grupo o en soliario.
"Los primeros son empujados por un líder,
el único de todos ellos que presenta rasgos típicos del agresor sexual y de
quien surge la idea; el resto solo se deja llevar", afirma. En estos
últimos, es más probable que más tarde aparezca el arrepentimiento. En el violador
solitario, por el contrario, encontramos a una persona que es del todo
menos normal. "Suele tenerantecedentes de agresiones sexuales o
ya ha fantaseado con cometerlas", apunta.
Tu vecino o tu compañero pueden ser agresores
Los hombres que cometen este tipo de actos, ya sea en
solitario o en manada, solo buscan la sensación de abuso de poder por encima de la mujer para
excitarse sexualmente. Puede que te estés imaginando al típico hombre de dos
metros y mal carácter, pero no: este depredador puede ser tu vecino del cuarto,
ese que nunca habla y siempre te ayuda a subir la compra. "Hay de todo,
desde agresores con una vida normal, pareja y dinero, hasta
otros sumamente tímidos e introvertidos", añade Hernández. Lo que tienen
en común es que buscan placer dominando a la fuerza a otra persona.
Raúl Padilla, psicoterapeuta y sexólogo, nos da más
detalles: "No hay un violador tipo. Podemos encontrarnos a quien,
en un estado de embriaguez y aprovechando una oportunidad de debilidad en la
otra persona, abusa sexualmente de ella, ya sea en solitario o en connivencia
con otros violadores; quien no admite un no por respuesta y fuerza la situación
que inicialmente era agradable y consentida; quien tiene una patología
de cierto retraso mental u oligofrenia y explota ante la falta de
oportunidad percibida para tener una relación sexual consentida y
satisfactoria; el de personalidad psicopática que busca la humillación, el
control psicológico y lasumisión absoluta de la mujer...".
¿El violador nace o se hace?
Un hombre que abusa sexualmente de una mujer no es común.
Normalmente, los violadores "han vivido situaciones similares
que explicarían el nacimiento y mantenimiento de estos comportamientos
criminales, pues la mayoría de ellos suelen haber vivido una historia
de violación a su vez en la infancia, bien en sus propias carnes o
bien en su entorno, con su conocimiento y/o participación, bien pasiva
o activamente", añade Padilla.
Además, los violadores "suelen haber vivido malos
tratos en casa y desajustes emocionales en el apego, los cuales
habrían dado pie al empobrecimiento y falta de desarrollo emocional en
el yo adulto; esto les impide tener la empatía suficiente para considerar
una persona a su víctima, a la que cosifican, someten y humillan". Aunque
nunca es bueno generalizar, como vemos, la mayoría de agresores sexuales 'se
hacen' con el paso de los años.
La sociedad 'empuja' al violador a actuar
Hay diversos factores que facilitan las violaciones,
como el contexto en el que se producen o cómo sea la personalidad de la
víctima. No obstante, hay algo más fuerte aún que incita a los agresores
sexuales a seguir actuando: la sociedad. Rocío Blay,
socióloga y agente de Igualdad, asegura que "los abusos se mantienen
porque se nos sigue educando para repetir estereotipos e ideas basadas en la desigualdad
entre mujeres y hombres, las que desde el feminismo se trabaja por
erradicar".
Ponemos el foco en prevenir a las mujeres de los violadores
y no a la inversa: "En pleno siglo XXI, seguimos educando a las
niñas desde pequeñas y a las mujeres siendo adultas a no ser
violadas, en vez de educar a los niños y a concienciar a los adultos a no
violar, a que el acceso al cuerpo de las mujeres sin consentimiento no está
bien, no es correcto, no es cívico, es inmoral y es un delito", apunta
Blay.
Desde el punto de vista sociológico, "que sigan
sucediendo estas agresiones es producto de una educación, de una
cultura, que sigue manteniendo que el cuerpo de las mujeres puede exponerse
públicamente, que está al alcance de cualquiera y a disposición de
cualquiera... y eso no es cierto", concluye.
Así son las chicas violadas
Ya hemos visto cómo es el clásico perfil del violador.
Pero ¿cómo es el de la chica agredida? La presidenta de la Federación de
Asociaciones de Asistencia a Mujeres Violadas, Tina Alarcón, aseguró en una reciente entrevista que estas responden
a "un perfil de niña que quizá sea más libre que el resto
de sus compañeras, con lo cual los hombres se creen con el derecho a
violarlas".
¿Perfil de niña más librenbsp;Hablamos de esta polémica
descripción con Lola Cidoncha, psicóloga del Centro de Asistencia a Víctimas de
Agresiones Sexuales (CAVAS), quien se queda sorprendida ante la pregunta
de si hay un perfil de "chica libre violada", como parece que
da a entender su compañera.
Las chicas van a fiestas, como los Sanfermines, a
pasárselo bien, pero luego son víctimas de las actitudes machistas de ciertos
hombres
"No hay ningún perfil. Creo que está sacado de
contexto. Las chicas van a fiestas, como los Sanfermines, a pasárselo bien,
pero luego son víctimas de las actitudes machistas de ciertos hombres. Hay
gente que siente libertad para acceder a ciertas personas porque estas se
muestran desinhibidas o contentas", asegura la colegiada, que
incide en que los hombres machistas ven en las actitudes de estas jóvenes un
permiso para llegar a ellas de una forma y otra.
Aunque la mayoría de las víctimas de violación suelen
ser jóvenes porque "son las que tienen un elevado nivel social de
vida", hay de todo. A CAVAS acuden mujeres de todas las edades, desde
adolescentes a partir de 13 años hasta señoras de 70 que han sido
agredidas en su casa.
¿Por quiénes suelen ser agredidas las chicas?
"Normalmente, conocen a su agresor", asegura Cidoncha.
"Este puede ser un hombre que acaban de conocer de un rato, un familiar o
un viejo conocido. Este tipo de violaciones son más comunes que las producidas
por asalto callejero o similares. No obstante, los violadores siempre actúan
del mismo modo: buscan el mejor momento para atacar a su víctima, a la que,
como hemos dicho, normalmente conocen".
Un contexto festivo como el de San Fermín, sin embargo, da
pie a que las mujeres víctimas de violación sumen características como ser
desinhibidas, sociales, jóvenes, confiadas y accesibles. Unos rasgos de
personalidad que, lo más probable, cambien tras la agresión. "Una
violación de este tipo transforma a la persona, pues deja unas lesiones
psicológicas importantes. La chica no solo ha sido humillada y vejada
físicamente, sino que ha visto dañada toda su integridad moral", cuenta
Lola. Una ardua terapia psicológica quizá pueda devolver a la víctima a su
ser, una vez que haya superado el estrés postraumático y la depresión que
suelen dejar este tipo de agresiones.
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