Ocho remedios
aceptados... que no funcionan Un hombre venda la herida en uno de sus dedos.
Nunca ha de aplicarse dentífrico, aceite o mantequilla sobre
una quemadura, pese a que se cree lo contrario.
Echar la cabeza hacia atrás ante una hemorragia nasal no
para el sangrado, de hecho hay que hacer lo contrario.
También es un error golpear la espalda ante un
atragantamiento o provocar el vómito ante una intoxicación.
Cuando uno se quema, sangra por la nariz o es picado por una
medusa... siempre hay un remedio comúnmente aceptado al que suele recurrirse en
primera instancia... y, sin embargo, no es eficaz.
Quemaduras:
¿dentífrico, mantequilla y clara de huevo? Ante una quemadura, una costumbre
frecuente es aplicar dentífrico en la zona lesionada. Es posible que esta idea
surja del efecto refrescante que aporta la pasta, pero se trata de una falsa
mejoría perniciosa por sus consecuencias, ya que la pasta de dientes es
abrasiva y agrava la lesión. Tampoco debe darse aceite o mantequilla, porque
ensucia la herida y puede empeorar las cicatrices posteriores. Ante una
quemadura, lo mejor es aplicar agua fría (no hielo) y cubrir la zona con un
pañuelo limpio o mejor, un apósito estéril (gasa). Otro mito es el de poner
clara de huevo a la quemadura con la creencia de que acelera la cicatrización
gracias al colágeno. En primer lugar, la clara de huevo no contiene colágeno
sino proteínas (albúmina). Si se emplea sobre una quemadura, queda pegada a la
piel y dificulta la limpieza del lecho de la herida. Por otra parte, con esta
práctica lo que se hace es dar nutrientes a las bacterias que colonizan la piel
y facilitar las infecciones. Ante una quemadura, lo mejor es aplicar agua fría
(no hielo) y cubrir la zona con un pañuelo limpio o mejor, un apósito estéril
(gasa). Si la quemadura no es grave y la piel está solo enrojecida, bastará un
antiinflamatorio tópico. Si hay heridas o ampollas, consultar a un servicio
médico.
"Hemorragia
nasal: echar la cabeza hacia atrás" Echar la cabeza hacia atrás
ante una hemorragia nasal no para el sangrado. Lo que ocurre es que la sangre,
en lugar de salir por el orificio nasal, se dirige a la parte posterior de la
nariz y va hacia la garganta y la boca. De hecho, hay que hacer lo contrario.
Para detener la hemorragia, hay que inclinar la cabeza hacia delante
presionando la zona lateral del lado de la nariz que sangra, justo en la zona
en que termina el hueso y empieza la zona carnosa. La presión debe ser firme y
continua durante diez minutos. Si se aplica un poco de frío en la zona, que
tiene un efecto vasoconstrictor, también puede resultar útil.
"Golpear la
espalda ante un atragantamiento" Es una práctica casi instintiva.
No obstante, esta acción tan bien intencionada puede ser desacertada ya que
puede favorecer la impactación del cuerpo extraño y empeorar la obstrucción de
las vías aéreas. Ante esta contingencia debe practicarse la denominada maniobra
de Heimlich, que consiste en colocarse detrás del afectado y rodearlo con los
brazos para hacer una compresión por debajo de la boca del estómago. De esta
manera, se impulsa de forma brusca el aire hacia arriba, de modo que facilita
la expulsión del cuerpo extraño.
"Provocar el
vómito ante una intoxicación" A pesar de que es cierto que el
vómito puede facilitar la eliminación del tóxico, no siempre es recomendable.
Si la sustancia que se ha ingerido es corrosiva (lejía, amoniaco, etc.),
devolver es contraproducente ya que lesionará la parte alta del tubo digestivo.
También hay que ser muy prudentes al provocar el vómito en una persona
semiinconsciente, porque pueden ocasionarse aspiraciones del contenido gástrico
hacia las vías respiratorias.
"Sujetar a
las víctimas de convulsiones" En un ataque o crisis convulsiva se
producen movimientos no controlados de las extremidades que pueden ser
relativamente violentos. Si se sujeta con fuerza al afectado para evitarlos, se
corre el riesgo de provocar lesiones a quien sufre las convulsiones. Además, la
inmovilización no acorta el ataque ni reduce los efectos. De la misma manera,
está contraindicado intentar introducir un objeto en la boca para que no se
muerda la lengua y administrar medicamentos orales, aunque sean
antiepilépticos. Ante una crisis convulsiva, hay que sujetar con suavidad al
individuo para evitar que se lesione y amortiguar la cabeza y voltearlo de
costado para impedir que, en caso de vómito, se produzca una aspiración hacia
los pulmones. Al intentar meter un objeto en la boca para imposibilitar que se
muerda, además de lesionar al afectado, se corre el riesgo de sufrir una
mordedura involuntaria.
"Succionar el
veneno en caso de mordedura de serpiente" La idea de que hay que
succionar el veneno de una mordedura de serpiente está muy arraigada. Pero lo
idóneo es no manipular demasiado la zona para no provocar lesiones más
importantes. En la mordedura, además del veneno, suelen inocularse sustancias
que lesionan los tejidos circundantes que facilitan la propagación del tóxico.
Por este motivo, no hay que efectuar cortes y, en caso de succionar el veneno
(medida muy controvertida según distintos especialistas), debe hacerse con
mucho cuidado ya que puede ser peligrosa para la persona que la efectúa porque,
si tiene alguna lesión en la cavidad bucal, podría absorber la toxina. Tampoco deben
practicarse torniquetes para evitar que el veneno se distribuya por el
organismo, pues esto puede comprometer el riego sanguíneo de la herida y
empeorarla. En estos casos, lo adecuado es presionar de forma suave la herida
para hacer brotar la sangre, inmovilizar el miembro afectado y procurar que se
mantenga quieto y tranquilo, ya que el ejercicio y la ansiedad aumentan el
riego sanguíneo y hace que el veneno se difunda con mayor rapidez.
"Poner un
filete sobre una contusión" Otro remedio "de película"
es colocar un filete sobre un ojo morado u otro tipo de contusión. En este
caso, el efecto beneficioso se produce solo por el frío, sin que intervengan
para nada los componentes de la carne. El filete ayudaría a aplicar mejor el
frío, ya que se adapta mejor a la zona afectada. Pero puestos a utilizar
remedios caseros, es más higiénico y económico colocar una bolsa de guisantes
congelados.
"Orinar sobre
la picadura de medusa" No está demostrado que funcione. En caso de
picadura, de entrada, el agua salada puede ser un buen remedio para lavar la
zona y calmar un poco el escozor. Es importante no aplicar agua dulce, ya que
rompe las células urticariantes, lo que puede provocar una mayor liberación de
toxina. El frío local (un pañuelo con unos cubitos de hielo) también atenúa las
molestias, aunque no es conveniente darlo de forma directa. Una solución de
vinagre al 50% o amoniaco puede ser efectiva para desactivar la acción de la
toxina.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2178064/0/falsas-creencias/primeros-auxilios/remedios-no-funcionan/#xtor=AD-15&xts=467263
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