y nuestro ejército sean mariposas,
por bandera un amanecer
y por conquista comprender que hay que cambiar las espadas por rosas.
Mago de Oz, La costa del silencio.
La nueva novela de Ana Sabater nos muestra una radiografía de los tiempos de cambio que están aconteciendo. Políticos honestos, ciudadanos que quieren actuar. Personas en proceso de transformación que luchan por un mundo mejor.
Nos sabemos dioses cuando arrasamos, destrozamos, abrimos, forjamos pero nunca respetamos.
La tierra está enferma como lo está nuestra alma materialista. Ahora hemos llegado a un vórtice, un tiempo de cambio, que arrasa, que rompe, que rasga, que es una nueva oportunidad. Pero ¿Sabremos aprovecharla?
Unos dirigentes íntegros, que realmente sepan ver la realidad, que no perjudiquen a unos cuantos en pos de beneficiar a otros pocos. Sino que administren sobriamente con equidad. Y una ciudadanía esperanzada, con ganas de lograr aquello que desea, y con fuerzas para participar y realizarlo.
Serena, la protagonista de Vórtice, la nueva novela de Ana Sabater, es una persona tremendamente ambiciosa, una política naturalmente corrupta, que llega a un punto de inflexión en su vida. Que se sumerge en el ojo del huracán.
Ello coincide en el tiempo y en el espacio de la reunión de aquellos que con su sabiduría ancestral son personajes elegidos como ejemplos de gentes que han guardado dentro de sí la memoria de lo que ha ocurrido, del intento de hacer lo que nos conduce a otro estado superior de conciencia. Una reunión en el bosque, y una memoria no escrita. El despertar de las corrientes energéticas que cruzan nuestro cuerpo, nuestros chakras representados por personas con una cualidad determinada.
Una arquitectura e ingeniería nuevas capaces de escuchar la tierra y construir en consonancia con la vida, con su veneración y su aprovechamiento sin agotamiento, ni sobreexplotación. En armonía con unas políticas que escuchen a las personas y al planeta.
Sin embargo cada día, cada hecho es un reto que hay que llevar a cabo, y el cambio no es fácil. La teoría la conocemos, la práctica es otra historia. Demasiadas preguntas y respuestas que hay que contestar con hechos, con realidades.
Ahí se ven sumergidos los protagonistas de Vórtice, en esa corriente que ha de cambiar sus vidas pero hay demasiada inercia para conseguirlo. Pero el tiempo está vencido. Morir para renacer. La metamorfosis es la única respuesta. Transformar la oruga en crisálida, romper con una realidad que ha dejado de tener sentido y emerger con otro yo transformado, pero que sin embargo atesore la sabiduría del antiguo, que sea un paso más evolucionado en el camino. Pero, ¿qué se espera de la mariposa?
Quizá solo que vuele alto.
Una novela para cuestionarse, para reflexionar, y para darse cuenta de que hay que actuar.
Plantaré una planta. Será una mata de trigo, quizá mejor de espelta. Tomaré la semilla, un germen libre, no contaminado, una semilla auténtica con toda la información planetaria en su interior. Haré un agujero en la tierra herida, con mis manos, con mis uñas llenas de la tierra que rascan, notaré su tacto áspero y vivo, las pequeñas piedrecitas que se deslizan por mis dedos. Acariciaré su superficie, le pediré perdón y le daré las gracias. Elegiré la hora del ángelus, el sol en su cénit le dará su fuerza, su rayo protector, la alimentará y la fecundará…Vórtice, Ana Sabater.
Mago de Oz, La costa del silencio.
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