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“El mandala es curación, se utilizan para restablecer el orden perdido con anterioridad. El mandala es creación, tiene un propósito creador, dar a la luz algo que no existía antes. El mandala es un círculo mágico.”
La palabra mandala es de origen sánscrito y su significado es círculo sagrado o mágico. Ha estado presente en diversas civilizaciones, culturas y religiones: en el budismo, en el hinduismo, en los aztecas, en los mayas, en los navajos, en los pueblos nórdicos, en la cábala, en los rosetones de las catedrales, etc. En la Europa central encontramos entre las técnicas de psicoterapia la meditación con mandalas, como un ejercicio de relajación metódico.
El pensador y psiquiatra Carl Jung (1875-1961) estudió exhaustivamente el efecto curativo de las imágenes circulares del alma. Confirmó que pintar mandalas ofrece tranquilidad y sosiego, tanto a los psíquicamente sanos como a los enfermos.
El mandala es un proceso en el cual se ejercita la mente, en un primer momento buscando la información proveniente de nuestro interior para luego analizarla, en segundo lugar se ordenan las ideas que en su conjunto forman dicha información y, por último mediante la meditación la mente descansa y se halla en paz con las ideas. En resumidas palabras: se estimula, se organiza y se libera.
Cuando nosotros trabajamos con los mandalas, es decir, si los dibujamos, si los pintamos, si caminamos sobre ellos etc. esto puede asemejar un viaje hacia nuestra esencia, iluminando zonas del camino que hasta entonces habían permanecido obscuras y hasta ese momento ocultas, permitiendo que brote la sabiduría de nuestro inconsciente.
El pintar mandalas es un proceso creativo y espiritual en el cual combinamos muchos métodos para crear un mapa de nosotros, de nuestros sentimientos y nuestras emociones.
*Creatividad
Pintar mandalas es un proceso creativo y espiritual. La creatividad pone en marcha fuerzas interiores, por eso es que los procesos creativos resultan terapéuticos al permitir drenar frustraciones íntimas y ensanchar nuestra capacidad de innovación. Ejerciendo nuestra creatividad de forma constante y en niveles que impliquen un desafío cada vez mayor nos veremos muy beneficiados.
*Introspección
Cuando pintamos un mandala estamos creando un mapa de nuestras emociones y estados de animo. El crear y pintar mandalas es mirar hacia nuestro interior, e integrar nuestro ser con el todo que nos rodea. Logramos exteriorizar nuestros sentimientos, estados de animo y crear una imagen perfecta de como estamos en nuestro interior y como sentimos la vida en ese momento.
*Autocuración
Trabajar con el mandala apropiado para enfocar el trabajo a la parte del cuerpo que se encuentra afectada es un gran método para ayudar a curar el cuerpo físico, siempre que se acompañe de otras técnicas. Existen mandalas para cada uno de los 7 chackras que representan las distintas zonas del cuerpo, así podremos incrementar la creación de energía positiva y lograr una armonía.
*Combinación
La gran ventaja de la meditación activa con mandalas es que se pueden combinar varias técnicas de meditación al mismo tiempo. Al no ser un método rígido al mismo tiempo que pintamos mandalas podemos realizar otras técnicas, como por ejemplo: Mantra yoga, aromaterapia, musicoterapia y la cromoterapia que siempre esta presente en el trabajo de meditación.
Está especialmente indicado para:
Estrés
Angustia
Ansiedad
Depresión
Baja autoestima
Falta de concentración
Pérdida de memoria
Insomnio
Dificultad para relajarse
Conflictos y bloqueos interiores no resueltos
Desarrollo espiritual
Aprender a escuchar tu voz interior.
Otro grupo de edad muy sensible a sus beneficios es el de la tercera edad. Pintar mandalas provoca una sensación de tranquilidad y relajación importante, fomentando a su vez la vena creativa que hay dentro de cada uno de nosotros. Es una tarea que puede hacer cualquier persona. Pintar mandalas, además, genera un espacio de libertad para poder expresarse, donde se refuerza la motricidad; y también ayuda a relacionarse, ya que el hecho de pintar en grupo y poder mostrar a los demás aquello que se ha pintado, o incluso la posibilidad de regalarlos permite establecer un diálogo positivo con los demás. En los casos de enfermedades más graves como las demencias, se ha demostrado que la realización de esta tarea favorece la psicomotricidad fina, la relajación y el sentimiento de utilidad y autoestima.
El trabajo con mandalas está recomendado en cualquier caso o situación, y más aún si la persona:
Ha acumulado resistencias interiores debido a conflictos no resueltos.
Sufre problemas de autoestima.
Tiene la sensación de estar desequilibrado/a.
Tiene miedo a perder el control sobre sí mismo/a.
A menudo se siente deprimido/a.
Reacciona con irritación y agresividad ante hechos sin importancia.
Intenta disimular ciertos problemas (por ejemplo, el comer excesivamente, la dependencia al alcohol, tabaco u otras drogas, etc.).
Es hipersensible y se irrita con facilidad.
Tiene la impresión de haberse estancado.
Padece de estrés, angustia, ansiedad, depresión, pérdida de memoria, insomnio…
En el caso de niños y adolescentes, esta práctica es especialmente efectiva. Los niños son los más sensibles a sus efectos ya que todavía no tienen las barreras que nos creamos los adultos. En ellos el pintar es algo natural, están abiertos a todo. Los mandalas mejoran sus capacidades cognitivas y desarrollan su habilidad para solucionar problemas. Incrementan su creatividad, su concentración y su autoestima. Aunque son beneficiosos para todos los niños, da un resultado especialmente positivo en niños inquietos, nerviosos y difíciles.
http://saikualternativo.blogspot.com.ar/
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