Hoy se despierta el mundo más miserable que ayer, cada día el ser humano se salta las líneas que lo consideran como tal, deja de serlo para convertirse en un ser horrible y despreciable, desmerecedor de habitar y de pisar el suelo de esta tierra que no deja de maltratar, y ese abominable monstruo no se contenta nunca, no sacia nunca su avaricia, su ansias de poder. Este despiadado monstruo sin escrúpulos, es capaz de todo sin que le tiemble la mano.
Vamos a dejar a nuestros hijos en el peor lugar del universo.
Gobernantes mediocres con déficit de humanidad, de honestidad, de sentido común. Que no sólo no resuelven problemas, sino que los crean y bien gordos.
Ciudadanos domesticados en el miedo y el terror, confundidos, desorientados…
El mundo sumido en el caos, en la apatía y la toxicidad, que por lo único que muestra interés es por si fue o no penalti.
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