"La tribuna de Albacete.es" http://www.latribunadealbacete.es/noticia/Z531938BA-F4D0-A006-3F79CD39C1A32310/20130812/grupo/investigadores/llega/origen/alzheimer
La
combinación de una proteína y una enzima provoca el desarrollo de esta
enfermedad que origina la muerte de células en el cerebro, algo a lo que todo
ser humano está predispuesto
Un equipo de investigadores de la Universidad de California-San Diego, en
EEUU, ha descubierto un truco de la naturaleza que, en la mayoría de las
personas, mantiene la separación fundamental entre una proteína y una enzima
que, al combinarse, desencadenan la degeneración progresiva y muerte de las
células característica de la enfermedad de Alzheimer, tal y como informa un
artículo publicado hace unos días en la revista Neuron.
Aunque se podría pensar que los cerebros de las personas que desarrollan
esta dolencia poseen componentes básicos de la enfermedad ausentes en cerebros
sanos, esto no es cierto.
Y es que cada persona contiene los ingredientes necesarios para despertar
el Alzheimer, pero mientras que entre 500.000 y 800.000 españoles sufren esta
patología, la gran mayoría de los ciudadanos no lo hace. «Es como la separación
física de la pólvora y su combinación, de manera que se evita una explosión
inevitable», afirmó el investigador principal Subhojit Roy, profesor asociado
en el Departamento de Patología y Neurociencias de la Universidad de California
y biólogo celular y neuropatólogo en el Centro de Investigación de Enfermedades
Shiley-Marcos de Alzheimer. «Saber cómo se separan la pólvora y el fósforo
puede darnos nuevas ideas sobre posible detener la enfermedad», agregó.
La gravedad de esta enfermedad se mide en la pérdida de funcionamiento de
las neuronas. En términos patológicos, hay dos signos reveladores de la
dolencia: grupos de placas de una proteína llamada beta-amiloide donde se
acumulan las neuronas y las fibras externas o nudos de otra con el nombre de
tau, que se encuentra dentro de las neuronas. La mayoría de los expertos creen
el Alzheimer está causado por los conjuntos de acumulación de beta-amiloide
provocando una secuencia de eventos que conduce a la alteración de la función
celular y la muerte y que esta llamada hipótesis de la cascada amiloide pone la
proteína beta-amiloide en el centro de la patología.
UN MAL DE TODOS. La creación de ésta requiere la convergencia de una sustancia
llamada precursora de amiloide (APP) y una enzima que se escinde de APP en
fragmentos más pequeños tóxicos llamados beta-secretasa o BACE. «Las dos son
altamente expresadas en el cerebro», destacó Roy, «y si se les permite
combinarse de forma continua, todos tendríamos Alzheimer», añadió.
Pero eso no sucede. Usando las neuronas del hipocampo en cultivo y tejido
de cerebros humanos y de ratón, Roy junto con el primer autor Utpal Das,
becario postdoctoral en su laboratorio y sus colegas, descubrieron que las
células sanas del cerebro, en gran medida, segregan APP y BACE-1 en
compartimentos diferenciados en cuanto se fabrican, asegurando que ambas
proteínas no tengan mucho contacto entre sí.
«La naturaleza parece haber dado con un truco interesante para separar a
los co-conspiradores», afirmó Roy. Los científicos también encontraron que las
condiciones que promuevan una mayor producción de la sustancia beta-amiloide
impulsan la convergencia de APP y BACE.
En concreto, un aumento en la actividad eléctrica neuronal, conocido por
aumentar la producción de beta-amiloide, también condujo a un aumento en la
convergencia APP-BACE.
Los exámenes postmortem de pacientes con Alzheimer revelaron un incremento
de la proximidad física de las proteínas, añadiendo apoyo a la importancia
fisiopatológica de este fenómeno en las enfermedades humanas.
Das destacó que los hallazgos tienen una importancia fundamental, ya que
aclaran algunos de los primeros eventos moleculares que desencadenan esta
enfermedad y muestran cómo un cerebro sano, los evita de forma natural. En
términos clínicos, las conclusiones apuntan a una posible nueva vía para en
última instancia tratar o incluso prevenir el mencionado mal.
«Un aspecto interesante es que tal vez podamos seleccionar moléculas que
pueden mantener físicamente APP y BACE-1 separadas», destacó Das, quien
reconoció que se trata de un «enfoque poco convencional».
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