Varias investigaciones reportan evidencias de los beneficios de meditar.
La
meditación está de moda en la actualidad;
sin embargo, es una práctica ancestral que lleva practicándose durante
siglos.
En
los últimos años, muchas personas en Occidente han optado por adentrarse en la
práctica meditativa por sus beneficios tanto a nivel mental como físico, y es
que la meditación se convierte en una gran alternativa en los tiempos que
corren, pues ayuda permanecer en el aquí y el ahora, conectados con nosotros
mismos y con la mente relajada, lejos de este ajetreado mundo, lejos de las
expectativas irreales.
·
Artículo relacionado: “Los 8 tipos de meditación y sus características”
La ciencia avala su práctica
El
objetivo de los ejercicios de meditación e incluso de algunas formas de yoga, es el
control de la respiración para inducir un estado de calma y concentración.
Prestar atención a la respiración y controlarla constituyen un componente
básico de muchas prácticas de meditación (y también de Mindfulness). Las
investigaciones llevadas a cabo en este campo sugieren que esta práctica tiene
múltiples beneficios: induce una sensación general de bienestar
mientras reduce la ansiedad y mejora el sueño, por ejemplo.
Los
beneficios de la meditación son claros, ¿pero qué ocurre exactamente en el
cerebro durante la meditación? Los estudios de neuroimagen en los seres humanos
han demostrado que las regiones del cerebro implicadas en la atención (lóbulo frontal) y
las emociones (sistema límbico)
se ven afectadas en las varias etapas de la práctica meditativa. Además, un
nuevo estudio llevado a cabo en ratones y publicado recientemente en la revista
Science muestra que las neuronas del tronco cerebral también están implicadas
en la conexión entre la respiración y el estado de calma característico de la
meditación.
Nuevas evidencias científicas
En
realidad, este estudio lo que hizo fue basarse en investigaciones anteriores,
una de ellas, llevada a cabo por científicos de la Universidad de California en
1991, que descubrió el complejo pre-Bötzinger, un área que contiene neuronas
que se activan de forma rítmica con cada respiración. Es una especie de
marcapasos respiratorio, muy diferente al marcapasos cardíaco, y tiene una gran
variedad de ritmos diferentes, por ejemplo, en los casos de un bostezo.
Investigadores
de la Universidad de Stanford encontraron que esta región se activa de manera
considerable durante la meditación,
y Mark Krasnow, un profesor de bioquímica en esta universidad y coautor del
estudio, afirma que “ésta no es una región que simplemente proporciona aire a
los pulmones, sino que estas respiraciones también se asocian con señales
sociales y emocionales”. Un grupo de neuronas de esta área son las que se se
activan cada vez que inhalamos o exhalamos, como un marcapasos respiratorio. La
meditación ayuda a tener un mayor control sobre la respiración y nos hace
sentir un gran bienestar cuando tenemos la voluntad de realizarla.
Otras conclusiones de los investigadores
Además
del estudio anterior, son muchas las investigaciones que se han realizado con
la finalidad de intentar descubrir qué ocurre exactamente en el cerebro del
meditador. Un estudio publicado en la revista Psychiatry Research: Neuroimaging
afirma que aquellas personas que meditan 30 minutos al día durante ocho
semanas adquieren una mayor densidad de materia gris en las partes del
cerebro asociadas con la memoria, el sentido del yo, la empatía o la reducción
del estrés. Esta materia gris está ubicada principalmente en el hipocampo, un área importante para el
aprendizaje y la memoria.
Britta
Hölzel, psicóloga del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de
Medicina de Harvard, y directora de la investigación, explica que "la idea
principal de la meditación es conectar con uno mismo, con el aquí y el ahora,
con las sensaciones corporales, emociones o la respiración. Lo esencial es
encontrar la conexión entre el cuerpo y la mente, y esto es lo que hemos
demostrado que sucede”
Asimismo,
Sara Lazar, científica de este estudio concluye que gracias a la meditación:
·
El grosor de la
corteza cingulada aumenta, así como parte del
sistema límbico. Estas regiones influyen en las emociones, la atención, el
aprendizaje, la memoria y la percepción del dolor tanto físico como emocional.
·
La materia gris en la
amígdala disminuye, reduciendo la ansiedad, el miedo y el
estrés.
·
La zona izquierda del
hipocampo, que es responsable del aprendizaje,
las capacidades cognitivas, la memoria y la regulación de las emociones,
también incrementa su tamaño.
·
La unión
temporoparietal, que está involucrada en las relaciones
sociales, toma de perspectiva, la empatía y la compasión aumenta sus
proporciones.
Beneficios de la meditación
Todos
estos cambios en el cerebro son responsables de que la meditación sea
beneficiosa para los seres humanos. Ahora bien, estos cambios no se producen
instantáneamente, puesto que meditar requiere práctica, voluntad y,
lógicamente, esfuerzo.
Por
desgracia, muchas personas piensan que esto de meditar es simplemente sentarse
y respirar; sin embargo, especialmente en las etapas iniciales, uno lucha
contra las resistencias del cuerpo, y hasta que no es consciente de que esto es
parte del proceso, puede que no disfrute de sus beneficios en su totalidad.
Ahora
bien, el buen meditador se beneficia notablemente por varias razones.
Meditar ayuda a:
·
Reducir el estrés y la ansiedad.
·
Mejorar la capacidad de concentración y
el dominio atencional.
·
Permite dormir mejor.
·
Ayuda a conocerse mejor y encontrar la
paz interior.
·
Promueve la empatía y mejora las
relaciones sociales.
·
Aumenta la tolerancia al dolor.
·
Incrementa la memoria y el aprendizaje.
·
Favorece el pensamiento positivo y
optimista.
Puedes conocer estos beneficios al
detalle en nuestro artículo: “Beneficios de la meditación
avalados por la ciencia”
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