Diversos estudios científicos han demostrado que la música, y más concretamente el aprender a tocar un instrumento, desarrolla la atención, la concentración, la memoria, la tolerancia, el autocontrol y la sensibilidad. Además favorece el aprendizaje de las lenguas, de las matemáticas, de la historia, de los valores estéticos y contribuye al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotor físico y neurológico.
En concreto, el doctor
Martin F. Gardiner, director de la Escuela de Música de Providence (Rhode Island, EE.UU) publicó un artículo en el que afirma que una educación musical y artística especialmente diseñada puede contribuir a mejoras espectaculares en otros campos de aprendizaje, como la lectura y en particular las matemáticas. En
este artículo que publicaba El País, cuentan como en este experimento con niños de entre 5 y 7 años y en solo 7 meses aquellos alumnos que habían tenido malos resultados en la etapa preescolar y habían estado aprendiendo música, logran igualar la capacidad de lectura de los más aventajados y mejoraron su actitud y comportamiento y lo más sorprendente de todo lograban superarles en matemáticas.
Y es que, como afirma Iñigo Pirfano en su libro La Inteligencia Musical (Ed. Plataforma Editorial, 2013) “Los expertos en neurofisiología explican que la música es un ejercicio en el que participa todo el cerebro… demuestra por otra parte la importancia fundamental de la música, puesto que involucra, de manera admirable, a todos los elementos de nuestra mente y les hace entablar un diálogo: al hemisferio izquierdo con el derecho; requiere el concurso de la lógica y de la razón, pero también de los sentimientos.”
Las investigaciones que se han referido al efecto de la música sobre el cerebro infantil, han coincidido en que ésta provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente las zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal.
Asimismo al evaluar los efectos de la música a través de registros de electroencefalogramas, se ha encontrado que la música origina una actividad eléctrica cerebral tipo alfa. Todo lo anterior se traduce en lo siguiente: la música provoca:
- Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños.
- Mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos.
- Es una manera de expresarse.
- Introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras y fortalece el aprendizaje.
- Brinda la oportunidad para que los niños interactúen entre sí y con los adultos.
- Estimula la creatividad y la imaginación infantil.
- Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio, y el desarrollo muscular.
- Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.
- Estimula el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.
Por desgracia, en nuestro sistema educativo la enseñanza musical es, en general, pobre y no va más allá de aprender a tocar la flauta y leer algunas notas en el pentagrama..
Para todos aquellos que no somos músicos, ni conocemos en detalle las grandes obras, pero que nos gustaría descubrirles a nuestros hijos ese universo increíble que es la música, la única manera que encontramos son las escuelas de música.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX se produce un proceso de renovación pedagógica, provocando la aparición de numerosos métodos de enseñanzas. Este movimiento fue general en todas las materias, por lo que numerosos pedagogos musicales se cuestionaron la forma tradicional de enseñar la música. Defendieron que la educación musical debía realizarse en las escuelas, en un ambiente de juego y confianza, desarrollando la creatividad. Así han ido surgiendo algunos métodos activos, así denominados por favorecer la participación del niño, que logran el conocimiento teórico a partir de la experimentación y la ciencia musical.
Por si os animáis aquí os presentamos algunos de los métodos de enseñanza musical más difundidos entre las escuelas de música de España.
1.- METODO SUZUKI: Basa su filosofía en la creencia de que todos los niños tienen talento para hacer aquello que se propongan. Si todos los niños son capaces de aprender correctamente su lengua materna, también son capaces de aprender el lenguaje musical.
Con este método, los niños empiezan a practicar música con 2-3 años. Se les pone música para escuchar, se les da un instrumento para investigar, para descubrir y cuando consiguen hacer un pequeño paso para imitar un sonido, se les motiva a continuar por ese camino.
Características: El método Suzuki concede una gran importancia al papel de los padres en el aprendizaje de su hijo. De hecho, se pide que cuando el niño es muy pequeño, el padre o la madre estén en clase con su hijo y el profesor, formando de esta manera el llamado “Triángulo Suzuki”.
Este método nos pide una dedicación continua y sistemática. Un alumno que empieza debería tocar cada día acompañado de uno de sus padres durante 10-15 minutos aproximadamente.
El niño sigue dos tipos de lecciones: una individual y otra en grupo. En la lección individual se trabajan los elementos técnicos como la postura del cuerpo, el movimiento del arco (en los instrumentos de cuerda, como el violín o el violonchelo), la colocación de las manos (sobre el piano, sobre el violín,…). En las clases de grupo, el niño comparte la música con los otros niños, reforzando todo aquello que ha aprendido en la clase individual.
Las canciones y obras que los niños aprenden con el método Suzuki son muy atractivas, de forma que motivan al niño a aprender otras nuevas y así avanzar hacia obras más difíciles.
2.–METODO DALCROZE: En este método el profesor construye su clase sobre la escucha, la práctica y la improvisación.
- Escucha: Jaques-Dalcroze encontró maneras de hacer que los niños fueran comprendiendo la música gracias a su audición en la clase teórica.
- Práctica: La teoría sigue a la práctica. Una serie de ejercicios, que van desde lo que el niño conoce a lo que no conoce, lleva a los alumnos a comprender teóricamente un concepto gracias a haberlo escuchado y experimentado previamente.
- Improvisación: En un primer nivel, es el profesor el que improvisa en clase a través del piano. En un segundo nivel, los estudiantes improvisan con el movimiento, con la canción y con los instrumentos.
El inconveniente de este método se presenta para aquellos que quieran “resultados rápidos”. El método Dalcroze tiene profundos efectos en la interpretación musical, pero no está orientado a ofrecer resultados visibles a corto plazo.
3.-METODO KODÁLI: Las principales características de este método son:
- La música es una necesidad primaria de la vida.
- Sólo la música de la mejor calidad es buen para la educación de los niños.
- La educación musical empieza en el vientre materno.
- La instrucción musical debe ser una parte de la educación general.
- El oído, el ojo, la mano y el corazón deben ser educados a la vez.
Se trabaja mucho con la canción. La coral sirve para convertir el aprendizaje de la música en algo útil y práctico para el niño. Kodály cree que el mejor sistema para desarrollar las aptitudes musicales es la voz, que es el instrumento más accesible a todos.
Se enseña música a través de las canciones por una razón: las canciones infantiles acostumbran a utilizar las mismas notas, los mismos ritmos, etc. Así, el niño se acostumbra a escuchar esas notas, esos ritmos y, en consecuencia, parte de la práctica para llegar después a la teoría.
En este método se trabaja principalmente con la música tradicional del país natal del niño, pretendiendo que su aprendizaje sea paralelo al aprendizaje de la lengua materna del niño. Sólo cuando el niño domine esta música podrá introducirse material extranjero.
El inconveniente que tiene este método es que las canciones con las que se aprende son muy básicas y sencillas. Por eso, si nos decidimos por este método, es muy importante que el niño empiece a estudiar música de bien pequeñito. Si nuestro hijo ya tiene 11 años no querrá cantar “Cinco lobitos”, pero si se lo podemos pedir a un niño de 3 años, estará encantado.
4.- METODO ORFF
Con el método de Carl Orff se pretende enseñar los elementos musicales en su estado más primitivo. Los instrumentos utilizados en este método no requieren una técnica especial (como el violín o el piano). Así, hablamos de pies, manos, etc., o instrumentos básicos como el tambor o el triángulo. Se basa en los juegos de los niños y en aquello que el niño comprende y utiliza normalmente.
El método está muy relacionado con el lenguaje, ya que los ritmos se trabajan muchas veces con palabras. De ahí se deduce que también las palabras se pueden trabajar con los ritmos, y por lo tanto encontramos en este método una gran ayuda para el habla de nuestro hijo.
Se trabaja también con canciones populares, como hemos visto en el método Kodály, para que el niño practique con los elementos musicales más sencillos y pueda pasar después a aprender la teoría.
Un aspecto muy desarrollado por el método Orff es el del movimiento, pero se trata de un movimiento corporal básico, no de ballet. Así, estamos hablando de caminar, saltar o trotar al ritmo de la música.
De: http://www.smartick.es/blog